El redituable negocio de vivir de la limosna

Culiacán, Sin.- En la esquina del bulevar Pedro Infante, uno de los más concurridos de Culiacán se encuentra una mujer encorvada, que apenas puede andar; lleva un bastón de madera con el que mitiga el cansancio de las cuatro horas de pedir limosna.

Una vez concluida su jornada, cambia sus zapatos rotos por unos en buenas condiciones y más cómodos que esconde en un punto secreto cercano.

Se retira del lugar y como si fuera un milagro, corrige su postura y deja el bastón.  

Casi en el mismo punto, frente a la Secretaría de Educación Pública y Cultura, llega una camioneta con un grupo de jóvenes de entre 15 y 22 años,  uno de ellos abre una mochila y comienza a repartir gafetes de un supuesto centro de rehabilitación, se distribuyen y comienza la jornada. 

A través de una investigación, Luz Noticias constató que situaciones como ésta, ocurren todos los días en distintos puntos de la capital sinaloense.

De acuerdo al testimonio de una persona que se dedica a vivir de limosna, una jornada buena de 8 horas en un crucero, genera una ganancia promedio de 300 y hasta 400 pesos diarios. 

Cuando las cosas andan “piojas” como menciona el testigo, la ganancia puede variar entre 100 y 150 pesos, cantidad que supera al propio Salario Mínimo establecido en el país.  

Reveló que en la jungla urbana los pleitos por los espacios públicos son constantes, por lo que los acuerdos son necesarios para mantener un orden y evitar rencillas.  

Aunque prefieren no ser grabados, algunos indigentes foráneos mencionan que llegaron a Sinaloa porque les dijeron que: “aquí es donde hay dinero y la gente siempre te da”. 

La buena fama de los sinaloenses ha traído a la región a centroamericanos y ha hecho que incluso algunas personas se hagan pasar por foráneos y “mochileros” para obtener más ganancias.

Señalan que la limosna deja para vivir bien y muchos aseguran que no dejarán pronto este estilo de vida.

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