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Reiteran rechazo a construcción de torre en Olas Altas

El INAH no exhibe certificación de arquitectos peritos que autorizaron torre de 12 pisos.

Comunicado
18/10/18

Reiteran rechazo a construcción de torre en Olas Altas

FOTO: Cortesía.

Mazatlán, Sin.- Autorizar una torre en Olas Altas sentaría mal precedente urbano y pésima imagen internacional para Sinaloa, denuncian vecinos nacionales y extranjeros

Vecinos extranjeros exponen que pudieron invertir en Miami, pero decidieron hacerlo en Mazatlán para recuperar fincas antiguas del Centro Histórico por el valor cultural e histórico de la zona.

Más de 27 mil firmas respaldan el rechazo a la construcción de una torre superior a 19 metros de altura.

Dictan que el INAH no exhibe certificación de arquitectos peritos que autorizaron torre de 12 pisos.

Ante el temor fundado de que el gobierno municipal de Mazatlán otorgue de última hora los permisos de construcción a la empresa Rivega Inmobiliaria S.A. De C.V., vecinos nacionales y extranjeros del tradicional barrio mazatleco de Olas Altas y las asociaciones civiles Todos Somos Sinaloa y Patronato del Centro Histórico advirtieron  que la construcción de una torre sentaría un mal precedente jurídico y urbano en la zona porque abriría la puerta a otros desarrolladores con proyectos similares y causaría una pésima imagen del gobierno de Sinaloa en el extranjero, pues durante los últimos años canadienses y estadounidenses –principalmente-  apostaron al rescate del abandonado centro histórico con la confianza de que sus inversiones estaban protegidas por la Ley Federal de Monumentos Históricos “contra excesos de la modernidad”.

Como es costumbre en la administración pública mexicana, es durante el último año, los últimos meses o hasta las últimas horas cuando las autoridades “destraban” asuntos jurídicos, urbanos y socialmente inviables como la torre en Olas Altas que ha permanecido congelada desde mayo del 2017 cuando los vecinos afectados entregaron al entonces presidente municipal Fernando Pucheta Sánchez un primer documento en el que fundamentan jurídicamente su oposición y más de 11 mil firmas de respaldo que actualmente superan las 27 mil.

Precisamente fue el panista Carlos Felton González quien unos meses antes de entregar la presidencia municipal de Mazatlán otorgó un primer permiso a la empresa Rivega para construir una torre de 12 pisos sin tener la aprobación vecinal y el respaldo jurídico y técnico de los arquitectos peritos del Instituto Nacional de Antropología e Historia con sede en Mazatlán, ni de la Juna Interna del INAH-Sinaloa  o del Sindicato Nacional de Arquitectos Peritos que han reiterado que el delegado Francisco Ríos Avendaño jamás los tomó en cuenta para autorizar el dictamen del proyecto y los planos correspondientes, lo que provocó una serie de denuncias de corrupción que hasta el momento no han sido atendidas por el director general del instituto arquitecto Diego Prieto. Ante la falta de respuesta, los vecinos interpusieron el 2 de octubre anterior otra queja ante el órgano Interno de Control del INAH, subdirección de quejas, denuncias e inconformidades, exigiendo que la institución muestre la certificación del personal que realizó el peritaje.

Ante el temor que por presiones económicas y políticas puedan otorgar los permiso de demolición y construcción, los vecinos volvieron a reunirse la semana anterior con el director de Planeación del Desarrollo Urbano Municipal, arquitecto Raymundo Martínez, para plantearle la defensa jurídica que emprenderán si el gobierno municipal autoriza una construcción superior a los 19 metros de altura en un pequeño terreno de 400 metros cuadrados cuando leyes, reglamentos y planes urbanos federales y municipales lo impiden por estar en zona protegida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Plan Parcial del Centro Histórico. El mismo arquitecto Martínez confirmó por oficio del 29 de enero de 2018 que no hay dictamen de uso de suelo vigente “y por lo tanto ya dejó de surtir efectos jurídicos”.

Señalados por el desarrollador de frenar la renovación inmobiliaria del Centro Histórico, los vecinos acordaron permitir un edificio de 19 metros de altura como máximo, similar a la altura del Hotel Belmar, con una fachada que no rompa con el entorno arquitectónico de las fincas de los siglos XIX y XX de la zona.



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