No le restes belleza a la vida

Aunque tengas muchos problemas o situaciones sin resolver, aunque no tengas idea de lo que pasará mañana y aunque hoy sea un día más en pandemia, no pienses que la vida es menos bella.

Aún si tienes mucho que trabajar o mucho por estudiar, aún si te faltan ánimos u horas de sueño, si se han quebrado tus ilusiones y la realidad te desalienta en grande, no sientas que la vida vale menos.

Y, si todo marchará aparentemente en tu contra, si encontrarás otra piedra en el camino, si cayeras por enésima vez y no tuvieras nadie de quien tomarte para ponerte en pie, aún si perdieras lo más querido, si te quedases sin trabajo y te sintieras en la nada, no maldigas a la vida.

Porque, si sólo te enfocas en la miseria, la desgracia y lo negativo, serás eso, miserable y desdichado, porque no podrás ver la belleza de la vida. Mira que todos los problemas tienen una solución y una fecha de vencimiento, ¿el tuyo no? Entonces no es un problema, es una realidad que tienes que aceptar. No todo es tragedia, existen situaciones inevitables, entonces ¿por qué te afliges?

No permitas que las situaciones que vives te hagan restarle belleza a la vida, todos tenemos problemas, todos tropezamos y todos perdemos algo importante, porque nada es absoluto ni eterno, ni siquiera nosotros. Así que, no hay tiempo para desperdiciar en quejas o autocompadecencias y no hay tiempo para sentarnos a enfocar toda nuestra existencia en ser miserables.

Porque cuando te acostumbras a restarle significado, valía y belleza a la vida, por cada problema que toca a tu puerta, empiezas un ciclo difícil de romper, uno en el que siempre estarás insatisfecho, en el que sentirás que el mundo se ha puesto en tu contra y encontraras más problemas que soluciones.

La amargura enfermará tu mente y tu cuerpo, hasta que seas incapaz de disfrutar de la vida, ni siquiera sabrás como fue que llegaste ahí o en que momento el mundo se pintó de gris.

Pero tranquilo, no se trata de que corras hacia una falsa felicidad, en la que desbordes sonrisas y amor por doquier, solo porque sí. Se trata de que sepas vivir, tanto lo bueno como lo malo, y que sin importar el día que tuviste, siempre puedas agradecer, valorar y contrapesar, todas las cosas que viviste.

Verás que experiencias agradables y desagradables se rodean entre sí, que a diario tenemos ambas y la elección de a cuál le ponemos los reflectores, es nuestra. Al final, todos somos sobrevivientes de nuestra propia vida, de cada crisis y colapso, en la que apreciar la belleza de la vida nos hace valorar, agradecer, fluir ante los problemas y hasta decir: de esta salgo mejorado.