El vacío de la insatisfacción

Hoy vivimos en un mundo de inmensa insatisfacción, en la ambición por las cosas materiales, vanas y el reconocimiento público. Siempre queriendo más y haciendo más larga la lista de requisitos y adquisiciones que necesitamos para poder ser felices.

Y, si queremos cada vez más, es porque en el fondo sentimos que tenemos cada vez menos, que no es suficiente aún. Desde luego, entre más volteamos hacia los lados más insatisfechos estamos con lo nuestro.

Siempre encontraremos a alguien junto a nosotros, que tenga un mejor auto, una mejor posición, una mejor casa, un sueldo más alto, más seguidores en redes sociales, esto es inevitable.

Pero, así es como este sentimiento de insatisfacción se ha extendido en edades y ahora todos somos ese niño que tira su paleta al suelo porque quiere tener la misma que el otro niño.

Y hacemos berrinches a diario, con frases como: si yo tuviera su suerte, su vida es mucho mejor que la mía, todo es más difícil para mí, hasta que tenga dinero seré alguien, entre una infinidad de frases marcadas.

Adoptamos una actitud pesimista en la que no valoramos nada ni somos agradecidos, porque para nosotros nada será suficiente, un ejemplo práctico y fuera de lo material sería una persona que esta amargada y frustrada por no poder salir ante el confinamiento, a pesar de que tiene a su familia, la está pasando en casa y no en un hospital.

Desde luego, esta persona no mira todo lo valioso que ya tiene y si se decide a ir por ese algo restante, que siente que le hace tanta falta, puede perder todo lo demás que le constó una vida conseguir, la familia, la salud, la paz, la tranquilidad y hasta la vida.

Lo más triste, es que hasta que perdemos todo por algo insignificante, nos damos cuenta de cuan afortunados y ricos éramos, por ello, tantas personas deseando una segunda oportunidad, para estudiar, para trabajar y para volver a abrazar a alguien, pero no todas las oportunidades regresan.

Pregunto entonces… ¿Cuántas personas se levantan cada día con ese sentimiento de vacío? ¿Cuántos pasan la vida buscando ese algo que les falta, porque se sienten incompletos?

¿Cuántos pierden todo lo que tienen, por conseguir aquello que aún no poseen?

Por ese vacío, que queremos llenar con cosas pasajeras, para acallar la voz de la insatisfacción. No estamos incompletos, nada que puedas comprar te va a complementar algún día, porque venimos al mundo con todo integrado.

La felicidad no es un accidente, ni una adquisición, es una decisión que se toma cada día, cuando decides agradecer por lo que tienes, en lugar de quejarte por lo que te falta, cuando valoras los pequeños instantes que conforman la vida y te quitas ese pesimismo que te priva de ver la nueva oportunidad de vivir, sentir y perseverar que tienes cada día.

Por eso, cuando te sientas vacío, incompleto, insatisfecho con tu vida, por favor mira lo que tienes… ¿realmente te falta o te sobra?