Nadie brilla pensando en la oscuridad

En cada uno de nosotros viene incluida una voz interna que nos acompaña en todo momento, piensa y planea con nosotros, nos dice que hacer y a menudo sirve como una gran autocritica.

Esa voz interna, en buena dosis, puede ayudarnos a ser mejores personas, detectar y corregir nuestros errores; más aún sí vivimos constantemente en ella, logra destrozar a diestra y siniestra cada idea y cada sueño, que nos pase por la cabeza.

¿Cómo suena esa voz en tu mente y qué suele decirte cada día?

Quizás... "No sirvo para esto", “Lo hice mal otra vez", “Doy lastima", "Me veo horrible", "Por más esfuerzo que ponga siempre seré poca cosa" y la más común y trascendente: "NO PUEDO".

Estas dos palabras que hacemos realidad día a día de tanto que las pensamos y por lo mucho que nos las creemos.

Como jóvenes, nos presionamos y comparamos constantemente, queremos hacer las cosas mejores y diferentes, ser suficientes, ser competentes, suena bien, ¿verdad?... pero la realidad es que genera tanto miedo y ansiedad, que nos llevan a decir y, ahora, ¿qué hago con mi vida?

Y empezamos a sentir que no hay una sola cosa en la que seamos lo suficientemente buenos y no importa la edad, podemos llegar a exigirnos más de lo que la sociedad, familia, escuela y trabajo, nos pide.  

¿Cuántas veces te has sentido fracasado al comparar todo lo que otros a tu edad han logrado, mientras tú sigues donde mismo?

Todos hemos pasado por momentos difíciles y hemos fallado en muchas ocasiones, cada quien vive en su propio tiempo, por ejemplo: quizás muchos se gradúen de la Universidad a los 22 o 24 años y tu apenas inicies a los 30, pero esto no habla mal de ti, y no es sinónimo de haber fracasado, quizás muchos a los 16 años ya son famosos, con contratos y giras internacionales mientras otros tienen 25 y aún continúan buscando un empleo o trabajan para su localidad.

El éxito no se define con dinero, fama y poder, sino con el hecho de no dejar de aprender y crecer como persona, de ir a la cama con el alma tranquila y con conocimiento de que ese día diste lo mejor de ti.

Y ser mejor persona, ser feliz y ser exitoso, no se obtiene castigándote constantemente por cosas intrascendentes o criticándote tras cada error, ni culpándote por cosas que no dependen ti o lastimarte con cada dura comparación.

Porque, simple y sencillamente, nadie brilla pensando en la oscuridad, no podemos dar lo mejor de nosotros, pensando en lo peor que tenemos.

Escucha esa voz, pero esta vez con mayor atención ¿Qué te dice y a donde te lleva?

Si de verdad te ayuda a progresar o sólo te tiene atorado en reversa; de ser así, es momento de cambiar, mirarte por completo, luz y oscuridad, y aceptar ambas partes para dejar de ser tan duro contigo mismo.

¿Qué pasa si te equivocas? Lo vuelves a intentar. ¿Qué haces si alguien es mejor que tú? Le felicitas y te sigues esforzando, para ser tú, no él, ¿Y qué si alguien menor o mayor lo hace mejor?

Vive tu momento, a tu manera y en tus tiempos, sé fiel a ti mismo y a tu amor propio, porque hay algo que nadie podrá hacer mejor, y eso es ser tú, brilla por ser quien eres.