12/26/2025 08:05:00 a. m.
Más allá de su presencia en celebraciones y mesas tradicionales, la sidra comienza a llamar la atención de la comunidad científica por su posible impacto en la salud.
Esta bebida fermentada a base de manzana, consumida históricamente en regiones como España, Francia y varios países de América Latina, es hoy objeto de estudios que buscan entender sus efectos en la prevención de ciertas enfermedades.
El interés se centra en los polifenoles, compuestos naturales presentes en la manzana que permanecen, en buena medida, tras el proceso de fermentación. Estos elementos actúan como antioxidantes, capaces de combatir el daño celular provocado por el estrés oxidativo, uno de los factores relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Investigaciones recientes señalan que un consumo moderado de sidra podría contribuir a la protección del sistema cardíaco, al ayudar a reducir procesos inflamatorios y el envejecimiento celular.
Especialistas destacan que estos efectos se vinculan directamente con la calidad de la bebida y la conservación de los compuestos naturales del fruto.
Otro aspecto que ha despertado interés es su bajo contenido alcohólico en comparación con otras bebidas fermentadas, lo que la convierte en una alternativa menos agresiva para el organismo cuando se ingiere con responsabilidad.
Este perfil ha llevado a científicos a analizar su relación con el metabolismo de la glucosa y el riesgo de diabetes tipo 2.
De acuerdo con diversos estudios, la combinación de antioxidantes y fibra provenientes de la manzana podría favorecer una mejor sensibilidad a la insulina en adultos sanos.
Asimismo, se investiga su posible papel en la reducción de la incidencia de ciertos tipos de cáncer asociados al aparato digestivo, aunque los expertos aclaran que estos hallazgos aún se encuentran en etapa de análisis.
No obstante, los especialistas advierten que no todas las sidras ofrecen los mismos beneficios. Las versiones industriales suelen contener azúcares añadidos y aditivos, lo que altera su perfil nutricional. Por ello, recomiendan optar por sidras artesanales y de elaboración natural.
Aunque la evidencia científica destaca su potencial, los expertos subrayan que el consumo excesivo anula cualquier beneficio y puede representar un riesgo para la salud. La clave, coinciden, está en la moderación y en la calidad del producto, recordando que incluso las bebidas con propiedades benéficas deben consumirse con responsabilidad.