México | 10/17/2025 04:56:00 p. m. | Víctor Acosta
Arturo 'Mano Santa' Guerrero es un símbolo de nuestro básquetbol. Fue la figura de la Selección Mexicana a finales de los años 60 y en los 70, pero ¿por qué rechazó la gran oportunidad de jugar en Estados Unidos?
Guerrero tenía un deseo muy claro: seguir siendo convocado para jugar con la Selección Mexicana en eventos internacionales.
En aquella época, el reglamento de la Federación Internacional de Basquetbol (FIBA) era estricto: los jugadores que estuvieran en la NBA no podían formar parte de sus selecciones nacionales en los torneos que la FIBA autorizaba.
Cuando Guerrero recibió su primera oferta a principios de los 70, él ya era una estrella con México. Había brillado en los Juegos Olímpicos de 1968 (donde el equipo quedó en quinto lugar) y ya tenía una rica historia como seleccionado.
'Mano Santa' valoró lo que tenía: era la figura principal de los Lechugueros en la Liga Mexicana de Basquetbol, y su amor por la camiseta nacional fue más grande.
El propio Guerrero contó en entrevistas que varias franquicias mostraron interés en sumarlo a la liga:
Estas ofertas se dieron en años seguidos: de 1971 a 1973, y luego en 1979.
Este famoso mote se lo puso el entrenador Constancio Córdova en los años 60.
Cuando Arturo Guerrero dejó León para jugar con la Universidad La Salle, su entrenador, Córdova, quedó asombrado con la efectividad del joven guanajuatense desde el primer partido. Al final, decidió llamarlo así: 'Mano Santa' Guerrero.
Aunque dijo no a la NBA, Guerrero sí se fue a jugar al extranjero:
Con esto, 'Mano Santa' se convirtió apenas en el cuarto mexicano en jugar en equipos profesionales extranjeros, siguiendo los pasos de Alberto Almanza, Manuel Raga y Anastacio Reyes.
Su nivel era de primera:
Fue considerado uno de los mejores jugadores en los Juegos Olímpicos de México 1968.
Fue el líder encestador del Campeonato Mundial FIBA de Puerto Rico 1974, con un promedio de 27 puntos por partido.
Es uno de solo cuatro jugadores en la historia olímpica en anotar más de 40 puntos en un juego, gracias a los 41 que hizo contra Japón en Montreal 1976.
Su vida siguió ligada al básquetbol: terminó su carrera con un bronce en los Juegos Centroamericanos de La Habana 1982, y luego se convirtió en entrenador. Incluso dirigió a la Selección Nacional en los años 90 y fue directivo de la Federación Mexicana de Basquetbol.
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