Internacional | 09/29/2025 07:34:00 a. m. | Adriana Ochoa
La cultura mexicana volvió a cruzar fronteras de una forma insólita y memorable. Durante el Tianguis Turístico celebrado en Pekín, China, un perro robot acaparó todas las miradas al sumarse inesperadamente al ritmo del clásico “El Mariachi Loco”, interpretado en vivo por el grupo Mariachi Dragón.
Lo que comenzó como una presentación musical típica dentro de la agenda cultural del evento se transformó en un espectáculo viral: mientras los acordes del mariachi llenaban el recinto, un robot con forma de perro se acercó al escenario y comenzó a moverse con sorprendente coordinación, como si entendiera la cadencia de la música mexicana.
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El video no tardó en llegar a redes sociales, donde la interacción fue inmediata: en pocas horas, la publicación superó casi un millón de reproducciones, generando comentarios creativos y humorísticos.
“El robótico loco quiere bailar… robotiperrito quiere bailar… qué divertido”, escribió un usuario, mientras otro celebró con ironía: “México superando a la IA otra vez”. Hubo quienes incluso confundieron la escena con la popular “canción del baile del perrito”, confirmando que el ingenio colectivo no conoce fronteras.
Este peculiar encuentro entre música tradicional mexicana y tecnología de vanguardia ha sido interpretado como un ejemplo del poder blando cultural de México. En pleno mes patrio, el mariachi no solo resonó en tierras lejanas, sino que inspiró a una máquina diseñada para tareas técnicas a convertirse en bailarina improvisada.
“Sin importar en dónde esté, México hará que todo sea surrealista”, señaló un internauta, resumiendo el espíritu del momento: un país capaz de impregnar su alegría incluso en los engranajes de un robot.
Aunque el episodio fue espontáneo y con fines de entretenimiento, especialistas en cultura digital señalan que estas interacciones entre inteligencia artificial y expresiones artísticas tradicionales son cada vez más comunes y pueden abrir nuevas formas de apreciación cultural.
Para los asistentes en Pekín, el recuerdo del Tianguis Turístico quedó marcado no solo por la gastronomía, los colores y la música mexicana, sino también por la escena futurista de un perro robot “gozando” con el mariachi.
El resultado fue una postal inesperada: China, un robot y “El Mariachi Loco” unidos en un instante que celebra la universalidad de la música mexicana, capaz de poner a bailar incluso a lainteligencia artificial.