México | 06/10/2025 08:50:00 a. m. | Adriana Ochoa
Los días de verano se acercan con mayor intensidad y las ganas de escapar de la rutina crecen, hay un rincón en el sur de Sonora que parece detenido en el tiempo. Y aquí te diremos de qué se trata, si te gustan los chocolates, entonces tienes que ir a conocer esta casa.
Álamos, uno de los Pueblos Mágicos más encantadores del norte de México, no solo deslumbra por su arquitectura colonial y sus calles empedradas, también guarda un dulce misterio entre sus casonas históricas: la famosa “Casa de Chocolate”.
Nombrado Pueblo Mágico en 2005, Álamos es una joya arquitectónica y cultural. Caminar por sus callejones estrechos y plazas floridas es como abrir un libro de historia en cada paso.
Es conocido también como "La Ciudad de los Portales" y es el lugar donde nació María Félix, la icónica actriz del cine de oro mexicano. Su antigua residencia, hoy abierta al turismo, es una parada obligada.
Pero más allá de los rostros famosos y las fiestas culturales como el Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT) o el Festival de Cine Álamos Mágico— hay una leyenda que envuelve a una de sus propiedades más peculiares: la "Casa de Chocolate".
Aunque no figura en los mapas oficiales como tal, entre los locales y turistas circula el nombre con fascinación. La “Casa de Chocolate”, como muchos la llaman, es una elegante casona que destaca por su diseño arquitectónico y su singular historia.
Se dice que perteneció a la familia Hershey, fundadora de la icónica marca de chocolates estadounidense, aunque esta conexión nunca ha sido comprobada. Lo cierto es que esta casona, conocida también como “Casa Hershey”, es una de las más fotografiadas de Álamos.
Su aire enigmático, su fachada imponente y la leyenda que la envuelve la han convertido en uno de los atractivos más buscados por los visitantes.
Y por todo el pueblo, restaurantes y cafeterías ofrecen productos derivados del cacao que complementan la experiencia gastronómica.
A unos pasos, el Callejón del Beso ofrece un rincón romántico digno de postal, mientras que el Museo Costumbrista y el antiguo Panteón Municipal narran la historia minera y religiosa de la región.
Con un clima que puede ir de los 2 ºC en invierno hasta los 40 ºC en verano, Álamos ofrece un abanico de experiencias para todo tipo de viajeros. Su gastronomía, donde no puede faltar el bacanora licor típico sonorense, se mezcla con recetas tradicionales y productos artesanales que cuentan historias de arraigo y sabor.
En Álamos, cada rincón parece tener algo que decir. Desde sus portales centenarios hasta sus leyendas azucaradas, este Pueblo Mágico no solo se visita: se vive, se saborea y se guarda en la memoria como uno de esos lugares que hay que descubrir, al menos, una vez en la vida.
MÁS NOTICIAS