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¿Quién era el Viejito del Lienzo Charro en Los Mochis?

Fantasma o no, el viejito misterioso causó sensación en cibernautas.

¿Quién era el Viejito del Lienzo Charro en Los Mochis?

El Lienzo Charro, paradero obligado de traileros cansados en el norte de Sinaloa.

Tras la historia contada por un trailero agotado, que llegó a descansar al Lienzo Charro en Los Mochis, al que se le apareció un viejito, personaje lleno de misterio que solo lo aconsejó, internautas revelaron sus hipótesis sobre este suceso.

Y es que el trailero famoso en TikTok Franco Quiroz, experimentado conductor de camiones pesados reveló en una de sus publicaciones lo que le ocurrió una noche en el Lienzo Charro de Los Mochis, un paradero habitual para traileros en el norte de Sinaloa.

Ante el relato, lectores y cibernautas en redes sociales, sacaron sus conjeturas, en donde aseguran que pudo ser un ser extrasensorial o un suceso paranormal, el viejito misterioso del Lienzo Charro. 

«Era Dios o algún trailero fallecido que también sabía de todo ese cansancio, Dios bendiga su caminar a todos los choferes de tráileres Cuida a mi hermano Dios k también es trailero Amén»

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«No es un fantasma ni nada de eso es el trailero del futuro que le vino a prevenir de algo»

«Por qué siempre los fantasmas deben de ser, la niña, el hombre o la mujer de blanco, acaso no hay alguno que sea gangoso, ¿o no pueda caminar? Siempre son los mismos, así no se vale»

Los realistas

Sin embargo, otros fueron más realistas y comentaron que se trata de un señor de avanzada edad, que se pasea por la pensión de tráileres, platicando con los operadores, a quienes les pide ayuda para comprarse un poco de alcohol, pero ninguna de las versiones fue confirmada. 

«Es tío mío se llama Jacobo, ahí se la lleva platicando»

«Ese señor que se aparece a platicar y pedir para los costeños, vive en Las Malvinas y le dicen El Viagras porque una vez se chingó 5 viejas en un día, todos sabemos esa historia»

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Así fue la historia

El experimentado operador relató en una de sus publicaciones, que justo al llegar a Sinaloa, procedente de un viaje desde Sonora, tuvo llegar a descansar a una pensión muy famosa en Los Mochis, pero nunca se imaginó lo que iba a suceder.

«Ya traía como 3 o 4 días sin dormir y venía de Navojoa, iba llegando a Los Mochis, ya eran como las 11 ó 12 de la noche, quería llegar a dormir a Culiacán, quedarme ahí y al otro día irme para Monterrey», comentó.

El cansancio lo venció

Franco Quiroz reconoció en su relato, que regularmente uso un truco, como todos los operadores y choferes, para aguantar un poco más el sueño y llegar a su destino en menor tiempo, pero que no aguantó.

«Lo que hacía era tragarme un parecito de "readys" y un rin (sic), me pasaba a dormir al camarote 20 minutos y me levantaba como si hubiera dormido 8 horas», reconoció.

Sin embargo, esta vez no le resultó y tuvo que llegar a ese paradero en Los Mochis que es una pensión muy famosa que se llama el Lienzo Charro, nombre que se le quedó por el antiguo recinto en donde se presentaban corridas de toros y eventos de charrería, hoy convertida en pensión para tráileres.

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AQUÍ EL VIDEO

 El viejito misterioso

El trailero experimentado, comentó que llegó a Los Mochis porque no aguantó el sueño para llegar hasta Culiacán, planes que no comentó a nadie y solo se limitó a descansar en el Lienzo Charro, pero a la mañana siguiente, justo al amanecer llega a él un viejito, quien solo se ofreció a limpiarle los parabrisas.

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«Tenía todos los años de la vida el señor y me dijo: "¿le limpio los vidrios?" Yo traía el camión limpiecito y le digo:

«No viejón, gracias»

- A lo que el señor responde:

«Ni modo, cuídese, ¡Dios lo bendiga!

Ante el gesto del adulto mayor, el camionero se compadece y por su detalle, decidió darle un billetito

«A ver, venga pa acá, ahí le van»

Pero en eso el señor, le agradece el regalo y suelta el comentario:

«Usted no tenía nada que hacer anoche en Culiacán, acuérdese que es mejor una caja adentro que adentro de una caja y cuando lo hacen, es mejor dormirse»

Tras lanzar esa frase, el viejo, según relata el trailero, emprendió su camino, pero luego de unos segundos, el mismo chofer reaccionó al comentario y fue a buscar a ese viejo y ya no lo encontró.

Le entró el miedo

Atónito por las palabras que le dijo ese viejo desconocido, el trailero no daba pie a lo que acababa de pasar y preguntó al encargado de la pensión que si quién era el viejillo que lo abordó unos instantes antes.

El mismo guardia de la pensión fue claro y le recalcó que a ese lugar no entraba nadie que no tripulara un tractocamión, ni vendedores, ni limpiavidrios ni nadie ajeno a esa actividad.

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El trailero, al escuchar lo que le decían, se le heló la sangre y solo cuestionaba cómo era que ese señor, de edad avanzada, con un morralito al hombre, sabía cuál era su destino, su frase y que, a pesar de todo, sabía una frase de su autoría.

«Que me regreso al camión, bien cag...o al camarote. Esta es una historia raza, que llevo bien metida en el mero corazón. Esa vez no sé qué fue, no sé quién era, no quiero pensar que es alguien que ya no está con nosotros»

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