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Vladimir Putin: sus reuniones secretas durante la guerra con Ucrania

El 24 de febrero invadieron Ucrania, las fuerzas rusas arrasaron la ciudad de Mariúpol en cuestión de días, aquí la historia.

Luz Noticias
10/03/23

Vladimir Putin: sus reuniones secretas durante la guerra con Ucrania

Vladimir Putin: sus reuniones secretas durante la guerra con Ucrania. |FOTO: Internet.

Conoce cuáles fueron las conversaciones secretas del Presidente de Rusia para «detener» la guerra, aquí te mostraremos una relato o una cronología de los hechos, de acuerdo a un medio internacional.

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, se sentó frente a su ministro de Defensa en el Kremlin el pasado mes de abril, encorvado en su asiento y agarrando la mesa. Hablaban del asedio ruso a la planta siderúrgica de Azovstal, en la estratégica ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania.

Para los ucranianos, Azovstal se había convertido en un sombrío pero potente símbolo de resistencia, al albergar a unos 2 mil 600 soldados y civiles mientras las instalaciones, similares a una fortaleza, eran bombardeadas por Rusia durante semanas.

Para Moscú, el vasto emplazamiento era una frustración, el último reducto de una ciudad que sus fuerzas habían controlado semanas antes.

«Bloqueen el polígono industrial para que no escape ni una mosca», ordenó Putin a través de la televisión estatal.

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Pero mientras el presidente de Rusia ordenaba que se estrechara el cerco en torno al enorme complejo industrial, un pequeño grupo estaba a punto de iniciar negociaciones secretas para poner fin al asedio.

En ellas participaban dos de los generales de más alto rango de Putin y un legislador ucraniano que una vez sirvió como paracaidista soviético. CNN puede revelar ahora en exclusiva los detalles internos de cómo se llegó al acuerdo, y quién estaba involucrado en las conversaciones sensibles.

Oleksandr Kovalov, parlamentario ucraniano de la región de Donetsk y veterano de la guerra soviético-afgana, declaró a CNN que actuó como intermediario en las primeras fases de las negociaciones.

Dos generales de alto rango de la agencia rusa de inteligencia militar, conocida como GRU, representaron a la otra parte: el teniente general Vladimir Alexseyev, segundo al mando del GRU, y el general de división Alexander Zorin, ambos nacidos en Ucrania.

Daños:

Alexseyev ha estado vinculado a una serie de descarados incidentes internacionales en los últimos años. Fue uno de los cuatro oficiales del GRU sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 2016 por una amplia actividad cibernética maliciosa dirigida a socavar los procesos democráticos de Estados Unidos, incluida la interferencia electoral.

El Reino Unido y la Unión Europea lo sancionaron en 2019 por el envenenamiento del exoficial de inteligencia ruso Sergei Skripal en Inglaterra con un agente nervioso mortal.

Zorin, por su parte, fungió como enviado de Putin a Siria, desempeñando un papel activo en las conversaciones entre el régimen del presidente Bashar al-Assad y la oposición del país y las facciones rebeldes.

Su participación pone de manifiesto la importancia que Putin concedía a la resolución del estancamiento de Azovstal y a la toma de Mariúpol, asegurando así su ansiado puente terrestre entre Crimea y Rusia, uno de los mayores premios de la invasión rusa.

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El presidente de Rusia tomó el control sobre el brutal conflicto de la principal agencia de inteligencia doméstica del país, el Servicio Federal de Seguridad, o FSB, y lo puso en manos de los espías militares, el GRU.

Desde el verano boreal pasado, los generales de la inteligencia militar han asumido un papel más destacado, a medida que Putin se ha dado cuenta de que ya no se trata de una «operación especial», sino de una «guerra convencional», declaró a CNN Andrei Soldatov.

«Por desgracia, significa que Putin está preparando al país para una larga guerra convencional».

Durante años, Ucrania había formado parte de la cartera del FSB; entregar el control de la guerra al GRU marcó un cambio sísmico en la forma en que Putin veía el servicio.

Refugio subterráneo

Tras invadir Ucrania el 24 de febrero, las fuerzas rusas arrasaron la ciudad de Mariúpol en cuestión de días, pero luego pasaron meses intentando capturarla por completo. Azovstal se convirtió rápidamente en el epicentro de la lucha.

La planta, un monstruoso laberinto de túneles, tuberías y chimeneas con vistas al mar de Azov, se extiende a lo largo de 10 kilómetros cuadrados y llegó a dar empleo a más de 10.000 personas. Ahora está en ruinas.

Las fuerzas rusas bombardearon las instalaciones día y noche durante semanas. La última resistencia de los ucranianos se hizo cada vez más desesperada a medida que disminuían los suministros de alimentos y agua, y cientos de víctimas se quedaron sin atención médica adecuada.

Amontonados bajo tierra en condiciones deplorables, muchos soldados y civiles empezaron a dudar de que pudieran salir con vida de la planta.

Fue entonces cuando llegó Kovalov

La oficina de Kovalov en Kyiv está en un edificio administrativo indescriptible, a pocos minutos de la Rada, o parlamento, de Ucrania. En la pared cuelga una gran bandera de su organización filantrópica para veteranos, cuyo lema está tomado de las Fuerzas Aerotransportadas soviéticas:

«Nadie más que nosotros». Contra la pared, un lobo de peluche llamado «Droog» (amigo en ucraniano) se yergue con un gruñido helado.

El legislador representa a una circunscripción de la región de Donetsk, en el este del país, donde hizo campaña para derogar una ley estatal que consagraba el ucraniano como lengua oficial, una cuestión importante para muchos rusoparlantes de la zona.

Ese objetivo ha sido fundamental en su trabajo desde que comenzó la guerra.

A medida que se arrastraba el asalto ruso a Mariúpol y Azovstal, Kovalov dijo que recordaba haber pensado que alguien tenía que intentar detener la locura.

«No toda la gente quiere la guerra. Muchos entienden que esto es malo y cada uno a su nivel intenta encontrar un resquicio para una pequeña reconciliación».

Dato importante:

  • Kovalov dijo que recurrió a un contacto del FSB en Moscú Valentin Kryzhanovsky con la esperanza de romper el brutal asedio.
  •  Kryzhanovsky, un exagente de los Servicios de Inteligencia de Ucrania (SBU, por sus siglas en inglés) que desertó a Rusia en 2014 y se unió al FSB, es ampliamente visto como un traidor en Ucrania.

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