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Dan el último adiós a María de Jesús en medio de la tristeza, dolor, e impotencia,

Despiden a María de Jesús, víctima del feminicidio 17 del 2022.

Ernesto Torres
26/10/22

Dan el último adiós a María de Jesús en medio de la tristeza, dolor, e impotencia,

FOTO: Cortesía.

Fue un Día Naranja cuando encontraron asesinada María de Jesús Galaviz Amarillas, la joven madre de una pequeña de 5 años, por quien luchaba y buscaba salir adelante, pues ese día había salido a su trabajo y ya no regresó; su exesposo le arrebató la vida.

Una joven de 31 años de edad, que se quedó con los sueños truncados, sin cumplir sus metas, pero hasta el último momento rodeada de flores, de su familia y su desamparada hija, por quienes lucho y ahora dejo desamparados.

A Chuyita, como era conocida, se le ofició una misa de cuerpo presente en la capilla de su comunidad, El Taballal, municipio de Salvador Alvarado, posteriormente fue trasladada a un camposanto de la ciudad de Guamúchil, en donde descansarán sus restos.

Su madre, doña Eustolia, la mujer de 79 años le lloraba desconsolada, y así la despidió, postrada en su silla de ruedas y con un profundo dolor, por el vacío que deja la muerte de su hija, su querida Chuyita, la que miraba por ella, y siempre estaba al pendiente de lo que les faltara.

Tristeza e impotencia es el sentir de la madre de María de Jesús, la joven que fue encontrada asesinada el pasado 25 de octubre en su comunidad natal.

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Doña Eustolia Amarillas, mujer de 79 años, quien con desesperación clama justicia para su hija, la única que se hacía cargo de ella y su padre, un hombre de 100 años, pues no solo deja a una menor desamparada, sino a dos adultos mayores; sus padres. Ella era sin duda el pilar de su hogar.

«Fue su pareja el responsable», dijo la señora de la tercera edad, quien desde el pasado mes de febrero se separó por el maltrato que sufría, y lo acusó de no haberse tentado el corazón para dejar huérfana a la pequeña de 5 años que tenían en común.

«En cuanto lo hallen quiero que lo bañen de gasolina y lo quemen con leña verde, porque a mi hija la mató vilmente, porque hacía ocho meses que mi hija lo había dejado, tiene una niñita de 5 años y no le dolió el alma de dejar a mi niña sola y que yo estoy enferma, a mi hija no la voy a tener yo y venirme a dejar sin la ayuda de mi hija; buena mi hija», repetía con rabia y dolor doña Eustolia.

Familiares recuerdan a María de Jesús como una muy buena madre, una buena hija, una buena amiga, una muy buena persona; alegre y trabajadora.

Se hacía cargo de la casa, llevaba a su mamá y papá, ambos adultos mayores, quienes no se pueden valer por sí mismos, a todas sus citas médicas y se aseguraba que comieran los tres alimentos al día; ahora ellos y la pequeña Victoria quedaron desamparados.

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Doña Eustolia, con lágrimas en los ojos y con dolor en su corazón, le pide a Dios fuerza y vida para sacar adelante a su nieta, que desde hace un año está quebrada de la pierna y cadera.

Es por ello que está postrada en una silla de ruedas, se mantiene solo de los apoyos del gobierno federal y de lo que María de Jesús aportaba a la casa.

Hoy María de Jesús es la mujer número 17 de Sinaloa que fue asesinada, una mujer que un día antes de su muerte había sido amenazada por su expareja y quien sin compasión le arrebató la vida al parecer con una piedra en la cabeza.

María fue encontrada sin vida un 25 de octubre, justamente un Día Naranja, un día de lucha contra la violencia de las mujeres.

Descanse en paz, María de Jesús Galaviz Amarillas.

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