Con tristeza y miedo, culiacanenses intentan retomar la normalidad

Culiacán, Sin.- Vehículos siniestrados, restos de ceniza, cristales rotos, casquillos por doquier, olor a humo y pólvora en el ambiente, así inició el día en el bulevar Enrique Sánchez Alonso del Desarrollo Urbano Tres Ríos, punto que fue escenario de las balaceras registradas durante la tarde de ayer en Culiacán, durante el operativo para capturar a Ovidio Guzmán López. 

A dicho punto, arribaron elementos policiales quienes cercaron de manera temporal algunas vialidades para permitir que las grúas pudieran retirar los vehículos varados en los cuales se apreciaba el impacto de las balas.   

Algunos trabajadores limpiaban los cristales del restaurante La Maroma, donde varias personas se mantuvieron guarecidas durante la refriega.

En otro de los puntos que sirvió como refugio fue un conocido establecimiento de comida japonesa; a decir de un testigo que narró a Fórmula|Luz Noticias los momentos de tensión en medio de estos hechos violentos donde imperó el caos y la psicosis.

"Estábamos a punto de que nos sirvieran aquí en el Factory, ahí nos agarró cuando empezó la balacera aquí afuera, fue cuando nos arrinconaron a los baños”.

-¿Cuánto tiempo duró usted dentro de este establecimiento?

“Como 5 horas, adentro, en los baños, en las bodegas, en la cocina, muchos niños y mujeres y hombres, todos estábamos ahí, hasta que llegaron los federales, pero no nos dejaban salir”, relató.

-Fueron momentos de terror, definitivamente.

“Sí porque muchas mujeres nerviosas, no se podían comunicar y si se comunicaban no los dejaban entrar a los que venían por ello, mucha desesperación por los niños".

-¿Hubo personas heridas? 

“Uno que otro desmayado y un herido adentro, herido de una pierna; de bala”.  

Algunos reporteros de la prensa extranjera tomaban fotografías y buscaban la casa de "El Chapito"; preguntaban a jóvenes que pasaban en motocicleta por el punto pero nadie sabía nada, algunos reían para sí y se retiraban de inmediato. 

Los casquillos estaban regados sobre el asfalto y algunos reposaban sobre la ceniza de vehículos quemados completamente.  

En otros puntos de la ciudad, los establecimientos comerciales mantuvieron las cortinas abajo, la ciudad parecía un desierto y uno de los pocos taxistas que rondaba por la ciudad narró con tristeza que en sus 65 años de vida nunca había visto una situación como la ocurrida el jueves. 

"Nada igual en Culiacán, siempre ha habido violencia pero nunca habíamos llegado a estos extremos. Se siente algo triste, muy solo, muy diferente a como es Culiacán, como si fuera Semana Santa, tantito peor, está cerrada la Coppel, está cerrado el restaurante, la Ley la acaban de abrir a las 11 del día, a ver qué pasa, lo que tenemos que hacer es seguir adelante, hay que ponerle ganas, no hay de otra, a pesar de todo, de esta vamos a salir, si Dios quiere”.

-¿Qué le ha dicho la gente que se ha subido?

“La gente está triste, sin ganas de platicar, se lamenta porque todo mundo está asustado”, relató.  

Entre los establecimientos cerrados destacaron algunas gasolineras por lo que incluso se llegó a rumorar que había desabasto de combustible; sin embargo, al corroborar con algunas fuentes se informó que la mayoría de los casos tuvieron su origen en que el personal de las estaciones no se presentó a laborar.

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