Sin acceso a la salud indígenas de albergue de jornaleros

Los Mochis, Sin-. En México, 7 de cada 10 indígenas están en pobreza, y 3 de cada 10 en pobreza extrema, reveló el informe de Evaluación Política de Desarrollo Social del 2016, que realizó el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social).

Para poder confirmar estos resultados, basta con observar las condiciones en las que viven los jornaleros indígenas en la región; el más claro ejemplo son las condiciones de hacinamiento y de precariedad en la que conviven decenas de ellos en el albergue del Campo 35 que se junta con el ejido La Arrocera, perteneciente al municipio de El Fuerte.

Ahí, por el día les limitan la energía eléctrica a los trabajadores agrícolas, aunque requieran hacer uso de ella, es imposible.

Cada familia vive en cuartos pequeños de lámina de fierro, el frío y la humedad se cuelan por los orificios de las paredes, y aunque los adultos aseguran que no sienten frío, los menores, los más pequeñitos, están en su mayoría enfermos de las vías respiratorias.

Este miércoles, Marta, con apenas 18 años, pero que aparenta más edad, se quedó en el albergue en la oscuridad de su cuarto junto a su pequeñito hijo de 1 año y 2 meses. Ángel inició con molestias de fiebre desde el martes y ha llorado mucho.

Ella no fue a trabajar, y aunque no lo llevó al médico, tampoco cuenta con medicamento para suministrarle, y sólo se quedó con él dándole pecho.

-¿Cuántos hijos tienes?

“ No más este”

-¿Cuánto tiene tu niño?

“ Tiene un año y 2 mes con este” (sic).

-¿Y el niño se ha enfermado en estos días?

“ Ahorita está enfermo”.

-¿Qué tiene?

“ Calentura”.

-¿Pero traerá fiebre por gripa o de qué?

“ De gripa” (llora el bebé).

-¿Al niño lo has llevado al doctor?

“ No”.

-¿Aquí no hay manera de que lo puedas llevar?

“ No sé”.

-¿El niño está registrado?

“ No”, expresó a Fórmula/Luz Noticias.

Lo que más sorprende es que tanto adultos como niños no están registrados, desconocen su edad, fecha de cumpleaños, o peor, en el caso de las mujeres, cuánto tienen de embarazadas.

Ese es el caso de Rosa, está embarazada, su vientre está ya muy abultado, nunca ha ido a una revisión médica, no sabe el sexo del bebé que va a tener, ni sospecha cuándo podría dar a luz.

¿Cuánto tienes de embarazo?

“No sé”.

¿No sabes cuánto tienes de embarazo?

“No”.

¿Nunca te has atendido?

“No”.

¿No tienes idea de cuándo podrías dar a luz?

“No”.

¿De tenerlo, dónde lo tendrías?

“Quien sabe (risa)”.

¿No tienes seguro?

“No”.

¿Y que tal si ya lo tienes, cómo le vas a hacer?

“Pues quien sabe (risa)”.

¿Cuántos años tienes?

“No sé”.

¿Pero has ido a la escuela?

“No, no he ido”.

¿Sabes leer o escribir?

“No, nada (risa)”, dijo la joven rarámuri.

Ella no es única embarazada del grupo de indígenas que vive en el albergue, otra joven tarahumara también lo está, pero así trabaja como jornalera.

A este sitio siguen llegando más trabajadores agrícolas migrantes, y las condiciones de hacinamiento siguen incrementándose; si bien, cuentan con una guardería para sus niños en otro lugar, la verdad es que las condiciones en las que viven son sumamente precarias.