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Opinión

Y… ¿si el mundo fuera ciego?

Foro Joven.

Hablemos de algo que a todo mexicano le cuesta admitir: el racismo por el color de piel. Aún cuando el 59.2 % de la población de 18 años en adelante es de tonalidad intermedia (INEGI, 2017), pareciera que estamos educados para despreciar este tono de piel en las personas.

Quizás estarás pensando que esto es una exageración, que hoy en día las personas se ofenden por todo y que tú JAMÁS has practicado alguna forma de racismo, en ningún momento.

Pero, es tan, pero tan fácil caer en el racismo cuando es lo que se nos ha enseñado de toda la vida, cuando es tan fuerte que aún continúa trascendiendo entre generaciones.

Y ¿qué es el racismo? Es la idea equivocada de que existen diferencias raciales entre las personas y que estas importan para que podamos acceder a nuestros derechos, es decir, que creemos que el tono de piel, el fenotipo y la pertenencia étnica, determinan el valor de una persona y que tanto esta pueda contribuir a la sociedad.

Es gracias a esta mentalidad inculcada a lo largo de los años, que existe el racismo aun cuando no existen biológica ni científicamente las razas humanas.

Llevando este concepto a nuestro día a día, en México uno de los insultos más ofensivos, es ser llamado indio, por el significado de pobreza e ignorancia que juiciosamente le damos.

La mayoría de las personas con piel oscura e intermedia, son trabajadores de servicios personales, agropecuarios, trabajadores industriales, de transporte y artesanales, mientras la mayoría de personas que ocupan un lugar en gerencias, direcciones, área administrativa, ventas y funcionarios son personas de piel clara.

Y a donde vayamos: el cine, las telenovelas, la portada de la revista, la publicidad de las universidades, empresas y productos, son sólo personas de piel clara, que sólo representan al 29.4 % de la población de 18 años en adelante (INEGI, 2017).

Quizás esta diferencia de oportunidades, son las que nos han hecho, que demos continuidad a tantos perjuicios alrededor de ser de piel morena o intermedia. Que muchos padres desean que sus hijos nazcan güeros, que decimos “hay que mejorar la raza” y que incluso, cuando vemos a alguien bajo el sol le decimos casi gritado “quítate de ahí, te vas a hacer prieto”.

Tratando esto como una consecuencia grave, en lugar de recomendarle a la persona que no esté tanto bajo el sol para evitar el cáncer de piel, ¿acaso en México es peor ser moreno que tener cáncer de piel?

Es por eso que el racismo es una cuestión de todos, y no una guerra de discriminación de los de piel blanca a los de piel oscura. Porque a los mexicanos nos enseñaron a sentir vergüenza de lo que somos, a minimizarnos por nuestros rasgos y que nuestro valor lo define nuestro tono de piel.

Por esto, lo primero que tenemos que hacer para erradicar el racismo mexicano, es reconocerlo, aceptar que estamos tan habituados a el que cada día lo fortalecemos y que afecta a muchos mexicanos, a los que les reducimos oportunidades de progreso por todos estos estereotipos.

Lo segundo, es dejar de practicarlo, dejar de enseñarle a tu hijo que ser moreno le hace menos ante los demás, tan solo imagina hasta que generación trascenderán tus palabras y enseñanzas, promueve la igualdad y el respeto.

Que tener piel oscura o intermedia, no hace a alguien pobre, delincuente, mal educado e ignorante, pregúntate ¿si el mundo fuera ciego? ¿aún rechazaríamos por el color? O nos daríamos cuenta que esto nada tiene que ver con la capacidad y valores de la persona.

Dejemos este pensamiento tan mediocre, estos prejuicios que nos rompen a todos, es hora de trascender, de ser mejores, de amarnos como mexicanos y sentirnos orgullosos de serlo, de nuestro origen, de nuestras etnias, de nuestros dialectos, de nuestro color, de todo lo que somos y de lo que podemos dar.

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