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Opinión

Simplificar el Presente

Pensándolo bien.

Paula Díaz, psicóloga española, propone simplificar el presente:

Anthony Robbins, uno de los coachs más de reconocidos a nivel mundial, afirma: “la calidad de nuestra vida depende de la calidad de las preguntas que nos hagamos”. Gozar de bienestar interior implica simplificar nuestro camino vital siendo conscientes de que estamos recorriendo el adecuado, el que nos proporciona un entorno repleto de compañías enriquecedoras, a la vez que nos facilita el actuar de forma plena y conseguir aquello que deseamos. Para ello te propongo poner en práctica las respuestas a estas 3 preguntas:

1- ¿Para qué te estás esforzando en el momento presente? La respuesta a esta cuestión te hará plantearte la creencia de que nunca te sentirás bien o feliz hasta que no dispongas de todo lo que crees que necesitas. Por el contrario, cuando empiezas a esforzarte para conseguir tu objetivo, notarás cómo tu bienestar aumenta de forma casi inmediata.

2- ¿Qué te tiene atado y qué puedes dejar ir? Es bien conocido el poder que tienen ciertas personas tóxicas sobre nuestra autoestima, creencias y sentimientos. Estas malas compañías nos generan un daño que, irónicamente, no somos capaces de dejar ir. Por lo tanto, si quieres empezar a simplificar el presente para poder disfrutar más, plantéate a qué puedes estar aferrado en este momento y déjalo marchar.

3- ¿Con quién quieres pasar más tiempo? Te invito a que visualices interiormente a las personas que más te aportan. A pesar de que en ocasiones pueda resultar difícil, limita el resto de las actividades que sueles llevar a cabo y que no te aportan nada. Simplifica tu existencia quedándote con quienes valen verdaderamente la pena. Al resto de ellos, proponte dejarlos a un lado con amor y agradeciendo su paso por tu vida en todo momento. (Hasta aquí Paula Díaz).

Comentario de JPR:

Muy buenas recomendaciones las de Paula Díaz en su texto, sin embargo, tienen como característica que la decisión del sujeto se diera a través del consejo, como si la persona no hubiera tenido un pasado infantil o una forma de aprendizaje original.

La primera pregunta (“¿Para qué te estás esforzando?”), simplemente dice lo que no debes hacer con tu presente, como pedirte a ti mismo obtener todo primero antes de obtener las parcialidades necesarias para llegar a sentirte bien.

La segunda pregunta (“¿Qué te tiene atado?”) entra, aunque no tan discretamente, en la relación de pareja o de amistad y promueve el dejar aquella relación que te hace sentir mal.

La tercera (“¿Con quién quieres pasar más tiempo?”) abunda todavía más en el sentido de las malas relaciones adultas como causa del mal en el presente; por tanto, mejor decir adiós.

No hay tanto problema en las formas de relación cotidiana fallida, pero tratarlas como simples acciones criticables con el juicio reducido de una vecina sabia o una amiga casual y no con la historia particular del sujeto estudiada desde una psicología como fondo, francamente suena a algo nada profesional.

Hay qué averiguar qué me falta para lograr mis metas, no hay duda alguna, pero al someterme a la psicoterapia debería obtener algo más que unos consejos ya escuchados de vecinos, las amistades o a comentaristas de la tele.

En todo caso, debemos conservar el cuidado de uno mismo.

Piénsele bien y seguiremos platicando.

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