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Opinión

¿Regresa el autoritarismo presidencial?

El Puente.

Después de la fiebre electoral, la calma ha llegado a la sociedad mexicana y con ella el despertar a una nueva realidad política, cuyas consecuencias algunos apenas comienzan a descifrar.

En diferentes sectores comienza a generar preocupación el poder sin contrapesos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador en las pasadas elecciones. Analistas políticos advierten que podría derivar en el retorno del régimen autoritario sin contrapesos, como en los viejos tiempos del PRI.

Tan solo con ver la aplastante mayoría legislativa que López Obrador tendrá en las cámaras de Diputados y Senadores, y el control de 17 congresos locales, podemos concluir que el candidato ganador de la contienda presidencial recibió como premio un “cheque en blanco” que podrá cobrar cuando él decida y sin que nadie le imponga condiciones.

El nuevo Presidente de la República y los partidos políticos que integran la Coalición Juntos Haremos Historia contarán con el respaldo de 309 de los 500 Diputados Federales y de 69 de los 128 Senadores que, si bien es cierto, por sí solos no podrán modificar la Constitucion, la realidad ha demostrado que durante el ejercicio del poder el Presidente de la República puede  fácilmente negociar con otras fuerzas políticas, porque sencillamente tiene la sartén por el mango… y la chequera también.

Por ello, preocupa ante todo el fantasma del autoritarismo que amenaza con volver, y la primera señal se vio con la imposición pública de Ricardo Monreal, como líder de la bancada de Morena en la próxima legislatura del Senado.

Sin cuidar las formas, en la reciente reunión plenaria que se llevó a cabo en la Ciudad de México, AMLO dejó un mensaje muy claro a los legisladores electos que integran el bloque Morena-PT-PES: “Aquí mando yo”.

Como lo expresara con toda claridad el experimentado político Heriberto Galindo, durante su participación en el programa de televisión “A Fondo”, conducido por la periodista Julieta Mendoza, al analizar la abrumadora hegemonía que tendrá sobre la oposición el próximo Presidente de la República: “Cuidado con el poder excesivo”.  

Galindo Quiñones afirmó que, no obstante la aplastante mayoría obtenida en las urnas, con casi el 54 por ciento de los votos emitidos, “lo deseable por el bien del país es que en el gobierno de López Obrador haya equilibrio, que haya madurez y que sepa escuchar con tolerancia a las minorías… porque si asume todo el control, por el poder que le otorgaron los electores, se pueden tener riesgos de autoritarismo”.

Lo cierto es que la imposición de Monreal como líder de la bancada de Morena en el Senado no es la única señal de la forma en que gobernará López Obrador. El anuncio de eliminar las delegaciones y en su lugar nombrar a un coordinador de programas federales en cada estado, se ha interpretado no solo como una medida para reducir el gasto, sino como un intento de centralizar la aplicación de los recursos para aumentar la dependencia de los estados hacia el centro y, en consecuencia, restar autonomía a los gobernadores, a quienes tendrá, literalmente, comiendo de su mano.

Por otra parte, la decisión de eliminar las delegaciones federales en los estados tendrá también sus consecuencias sociales porque dejará sin empleo a por lo menos 450 mil trabajadores del gobierno que no están sindicalizados. Según el INEGI, el recorte incluiría casi 318 mil plazas de confianza, 117 mil eventuales y 15 mil que son contratados por honorarios.  

¿Qué hará toda esa gente al quedarse sin empleo?.. Por lo visto, la única alternativa que les ofrecerá el nuevo gobierno es inscribirse al programa de becarios que anunció en su campaña López Obrador, con un apoyo de 3 mil 600 pesos mensuales para 2 millones 300 mil jóvenes que ni estudian ni trabajan.

O sea, por decreto… de burócratas pasarán a ser “ninis” con sueldo.

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Por cierto, ¿De dónde saldrá tanto dinero para pagar a los “ninis”?  ¿En qué país ha existido este programa que haya demostrado su éxito? ¿Dónde se aprobó en México que funcionó correctamente sin crear distorsiones y un mercado negro de simulaciones, de corrupción y manipulación?... Nadie lo sabe.

Estas son solo algunas de las preguntas que se están haciendo los empresarios que fueron convocados por el gobierno de AMLO para participar en la capacitación de los jóvenes que serán becados por su gobierno.

La inquietud es válida, considerando que dicho programa tendrá un costo al año superior a los 100 mil millones de pesos… Y un gasto de ese nivel, en un país deficitario en sus finanzas públicas y con más de la mitad de los alumnos de educación básica estudiando en escuelas sin agua potable y sin drenaje, es una mentada de madre.   

¿Por qué no se valoran estos y otros aspectos del gasto público antes de tomar decisiones para cumplir promesas de campaña que se hicieron con el objetivo de ganar votos?

Twitter: @victortorres_mx


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