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Opinión

¿Qué traman en casa de la abuela?

Punta de Lanza.

01/04/2018

Haber llegado a ver la luz del sol del primer día del año 2018, es una satisfacción y un privilegio que la vida nos regala.

Y es que sortear los difíciles senderos y las escabrosas horas y los días que paulatinamente se acumulan para conformar un año, no es tarea fácil de lograr en estos días de guerras, tempestades, violencia, odios, rencores, crisis económicas y de valores morales.

Nada fácil es entonces salir airosos de todas esas amenazas que cotidianamente se ciernen sobre la humanidad.

De ello darían testimonio si pudieran hacerlo las miles de víctimas que en 2017 perdieron la vida a causa del maldito flagelo de la violencia.

Vidas humanas, muchas de ellas aniquiladas en su etapa de juventud. Arrebatado su derecho a vivir por manos irracionales y carentes del menor escrúpulo. Seres humanos cuyos sueños y anhelos se perdieron en la nada. Vidas que partieron súbitamente en los momentos en que debieran disfrutar al lado de sus seres queridos de las bondades que la vida nos regala.

Por ello digo, que el haber logrado bajo las circunstancias antes descritas arribar al año nuevo, puede ser considerado una gran hazaña. El resto, con toda la gama de problemas y dificultades que tendremos enfrente, es nada.

Como tampoco nada puede esperar el Partido Revolucionario Institucional para las elecciones del primero de julio del 2018, si antes no logra recomponer el barco institucional, el cual transita por aguas tormentosas dirigido por un Capitán aparentemente fantasmal.

Para los críticos más agudos del  gobierno federal en funciones, el barco de marras ya perdió el timón y su guía pareciera esperar solo el momento propicio para saltar al agua y dejar que otro timonel asuma el control de la nave.

No se pueden entender las cosas de otra manera cuando estamos siendo testigos de los grandes desaciertos que el gobierno de Enrrique Peña Nieto a través de su política económica está originando en perjuicio de la mayoría de los mexicanos. 

El evidente fracaso de sus reformas estructurales solo sirven ahora como armas de fuego para que su adversarios disparen al cuerpo de su gobierno en aras de seguirlo debilitando hasta aniquilarlo.

El Peso pierde valor ante su ancestral padre monetario, el Dólar americano, y provoca que el precio de los hidrocarburos se incremente en perjuicio de la economía de todos los mexicanos, originando en éstos un coraje ya desbordado en contra de todo lo que huela a PRI-Gobierno…Y ello, por supuesto es letal para el partido en el poder en esta época de tiempos electorales.

Algo urgente debe hacer el PRI si no quiere que PEPE, su candidato presidencial, tenga que resignarse a PEPEnar las migajas de un partido político que vivió y disfrutó muchas etapas gloriosas de su vida revolucionaria, pero que los errores de sus propios elementos pudieran estarlo llevando al ocaso final. Algo se fragua en casa de la abuela… Y no es precisamente su embarazo. Faltan poco menos de seis meses para saberlo.

Lo que nadie sabe hasta éste día es el nombre de los que serán candidatos del PRI a Senadores y Diputados federales.

Los nombres de los prospectos han sido afanosamente manoseados por columnistas, analistas y personajes con supuestas virtudes de profetas o adivinos, sin que nadie pueda ofrecer la lista correcta y total.

Lo cierto de las cosas es que el panorama poco halagador que enfrenta el PRI hacia las elecciones de éste año, lo estará obligando a entregar las candidaturas a los hombres y mujeres con mayor rentabilidad electoral. 

No hay de otra, o amarran al perro o los muerde. Al partido tricolor no le deberá importar la simpatía o compromiso que hubiera suscrito el Gobernador del Estado Quirino Ordaz, ni los miembros de las cúpulas empresariales con ínfulas de patrones de la política sinaloense (Vizcarra-Coppel- De Nicolás) con cualquiera de los aspirantes. 

En este escenario, creemos que si el PRI desea entregar buenas cuentas en Sinaloa, obligadamente tendrá que echar mano de gente como Aarón Rivas Loaiza, Jesús Valdéz Palazuelos, Sergio Torres Félix, Gerardo Vargas Landeros, Rosa Elena Millán Bueno, Diva Hadamira Gastélum Bajo, Gloria Himelda Félix Niebla y Lorena Pérez Olivas.

¿Alguien quisiera saber por qué no menciono a dos cartas importantes de la baraja del PRI como es el caso de Mario Zamora Gastélum y Heriberto Galindo Quiñónez?

Mi respuesta a la interrogante seria clara y contundente. Porque además de no estar entre los más rentables en materia electoral, ambos son considerados elementos útiles y de importante valor político para operar en el Senado de la República o en la Cámara de Diputados, de ahí la posibilidad de que el PRI los pueda contemplar para reservarles un espacio por las vías de representación proporcional.

Si el lector no coincide con mi apreciación, de cualquier manera le deseo un Feliz Año.


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