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Opinión

Mirsa de Uribe tuvo su mañanera

Punta de Lanza.

07/30/2019

Desde el inicio del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador hemos tratado de seguir,( hasta donde el tiempo nos lo permite), el desarrollo de la ya famosa conferencia de prensa, conocida como la mañanera.

El cotidiano evento se desarrolla en un salón de Palacio Nacional, recinto en el que los reporteros no cejan en su intento de sacar raja informativa, y llevarse la nota del día.

Y en contraparte, vemos al Presidente de la República respondiendo las preguntas de los periodistas con la pausa desesperante que lo caracteriza, midiendo sus palabras e hilvanando cautelosamente sus frases.

Y es que López Obrador evita siempre, mediante la habilidad  que le da su larga trayectoria política ser sorprendido y cazado en un mal paso informativo por algún elemento de la prensa, según dicen los que lo conocen mejor.

López Obrador, agregan, tiene todo calculado en lo que respecta a la información que se generará en la mañanera de cada día.

Sabe entonces el tabasqueño, que por habilidoso que resulte un reportero, difícilmente se llevará la nota del día, ya que ese tipo de información exclusiva, es franquicia de su propia agenda, y la soltará a la prensa en el día y momento que considere oportuno.

Entendemos de tal manera, que en esa ya tradicional conferencia matutina a la que la Presidencia de la República convoca a los medios nacionales y algunos colados de provincia, todo está fríamente calculado, e incluso hasta los reporteros que tendrán el privilegio de tomar el micrófono para hacer sus preguntas han sido previamente elegidos por personal de la Coordinación de comunicación social.

En ese entendido, es posible considerar también que la selección de los reporteros “afortunados”, se lleva a cabo bajo un estricto análisis del perfil, no solo personal sino del medio que representan.

Y creer asimismo, que en esa criba de periodistas que logran el acceso a Palacio Nacional, habrá por supuesto periodistas acreditados y calificados para estar presentes, pero también personajes que logran colarse por favores prestados por algún político influyente, sin importar el rango de la mediocridad profesional que los distinga.

Algunos son tan habilidosos en su manejo profesional que incluso logran la conquista del micrófono preguntón.

Son especímenes del periodismo ramplón que buscan más que nada la fama efímera que les ofrece el aparecer en televisión en cadena nacional, interrogando al Presidente de la República, pero sin importarles si en esa aparición hacen el peor ridículo de su vida.

Apenas unos días, una reportera originaria de Los Mochis logró la gran hazaña de colarse en el pelotón de periodistas seleccionados para interrogar al Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Lo malo, triste, lamentable y gracioso del asunto, es que la atrevida y hoy vilipendiada reportera, aprovechó el importante tiempo que se le ofreció para decirle al Presidente que en Sinaloa ya bajó la violencia gracias a la Guardia Nacional y que no haga caso a los gritos de los de enfrente.

Y para imprimir el sello burdo y lambiscón, le dijo a López Obrador que le llevaba saludos de “nuestro Quirino”… Es evidente que la periodista quiso pegar patada y mordida” al buscar quedar bien con el Presidente y Gobernador.

Necesario es decir que la cara de López Obrador mostró extrañeza, un inocultable enfado y una clara irritación al escuchar la forma tan grotesca en que nuestra colega y paisana se manifestó en su apreciado y bien explotado espacio informativo.

Y es que el saludo y las palabras muy mal sustentadas de reconocimiento que le dirigió la reportera mochitense al ejecutivo mexicano, de alguna manera pudieron evidenciar lo que muchos aseguran, respecto a que en las mañaneras, reporteros y preguntas son previamente elegidos por un grupo de expertos en la materia de comunicación y mercadotecnia gubernamental… Pero que nadie se asombre porque así es la vida.

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