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Opinión

Los parecidos de Freud y Jesucristo

Neuropolítica.

02/16/2018

Para muchos esto puede ser un sacrilegio o una profanación de las ideas judeocristianas; para otros, un acercamiento analógico entre dos figuras representativas en el mundo de la psicología y la religión.

Sigmund Freud fue un médico neurólogo austriaco, cuyo origen era judío; se le conoce como el padre del psicoanálisis y figura relevante en la clase intelectual del siglo XX.

Jesús o Jesucristo, predicador judío, fundador de la religión cristiana; sus seguidores lo consideran el hijo de Dios. En griego Cristo significa “El Ungido”, cuya equivalencia es el Mesías.

Freud tenía un posgrado en neurología; Jesús un “doctorado” en sanación, así lo consigna la Biblia en el Nuevo Testamento, en el libro de Mateo capítulo 8, donde sana a un leproso, sana al siervo de un centurión, sana a la suegra de Pedro.

El psicoanálisis curó a la famosa paciente Bertha Pappenheim, más conocida como Anna O, a Sergei Pankeiev, un ruso adinerado, y a Herbert Graf, un niño de 5 años que sufría un temor intenso a los caballos, entre otros cientos de pacientes atendidos con éxito por Freud y sus alumnos.

Aunque muchas de las posturas ideológicas de Jesús no tienen explicación científica, lo cierto es que propios y extraños en una proporción significativa le siguen manifestando una admiración que solo confirma su liderazgo en el tiempo.

Los planteamientos de Sigmund Freud, lo han convertido en el psicólogo más influyente de todos los tiempos, su postura relativa a que el sexo placentero es el principal impulsor de la conducta humana, y que la comida, el dinero o el amor, pasan a un segundo plano, lo mantiene en boca de eruditos y escépticos.

La postura ideológica relativa a la gracia, la misericordia, el perdón, la salvación, el pecado, la fe y otros atributos humanos y divinos, mantienen a los cristianos conectados a la certeza de lo que les espera y a la convicción de lo que no se ve.

No existe evidencia científica de la teoría psicoanalítica de Freud, como tampoco existe evidencia científica de los planteamientos teológicos. Este análisis no es una apostasía, solo es una analogía.


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