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Opinión

Homo Sapiens… el padre fundador

Punta de Lanza.

05/29/2019

Quisiera aprovechar el espacio de mi columna de este día para dar vida a una anécdota ocurrida hace alrededor de 10 mil años en la comunidad Tolteca de Capomos, municipio de Angostura. Aquí en el mero corazón de mi querido estado de Sinaloa, México.

La anécdota es en realidad un tanto ilustrativa de aquellos tiempos, y quisiera compartirla con mis tres o cuatro lectores en el afán de que abreven a través del relato de marras y se enteren de algunas cosas que en tiempos tan lejanos ocurría por los márgenes del muchas veces glorioso río Évora.

Para entrar en detalles, diría que el relato con tintes anecdóticos se sustenta en la vida y obra de quien hoy se sabe, resulta ser el “fundador” de Capomos.

La historia cuenta que una caravana de nómadas lo habría dejado en esa milenaria comunidad rezagado y olvidado de la mano de Dios, a la orilla del río, como consecuencia de un esguince que le había causado en su pie izquierdo la pisada de un viejo burro en que nuestro personaje transportaba un costal repleto de mazorcas de maíz.

Y es que se ha fundamentado en los relatos históricos que a quien hoy sabemos fue el fundador de Capomos le encantaba comer esquites con migas. 

Asimismo, se cree que esa fue la razón por la que Mythus Lophezjep, un simpático y noble salvaje, obligado por las circunstancias pudo convertirse en uno de los principales pilares y fundadores de la región del Evora, dando pie para que surgieran las interesantes generaciones de hombres y mujeres que por varios milenios han dado vida y realce a éste pedazo de tierra sinaloense.

Así expuesto, podemos creer, basados claro, en los relatos de los historiadores actuales del hoy estado de Sinaloa, que entre otros legados, Mythus Lophezjep pudo haber sido el precursor de la abundante generación de cantantes y músicos que han florecido en esa región a lo largo de los últimos 9 mil 999 años.

Así lo establecen los historiadores angosturenses,  (Cresencio Montoya, René Bojórquez Camacho, Joaquín Inzunza, etc.), luego del parecido que han encontrado a través de sus rastreos históricos entre el sujeto de ayer y los habitantes de hoy.

Han encontrado, indican emocionados los estudiosos del pasado terrenal, rasgos físicos, costumbres y aficiones muy similares entre nuestro ilustre ancestro y algunos elementos de grupos musicales asentados hoy en latitudes evorianas, lo cual mata cualquier duda que se pudiera generar respecto a esa herencia artística de que hablamos. 

No hay posibilidades de equivocación pudieran pensar de manera coincidente nuestros historiadores, ya que el talento musical y como lo señalamos líneas arriba, algunos aspectos físicos que se asegura poseía nuestro Homo Sapiens padre, nos otorgan evidencias claras y contundentes para pensar que de esa vena generacional provienen agrupaciones locales destacadas como Los Baturis, Los Galleros, Los Terkos, Trío Los Félix, Los Compadres, Los hijos de Barrón, y Los Llaneros de Guamúchil.

Es posible que éstos últimos músicos quizá se inspiraron en el buen baile que nos dicen ejercitaba Mythus para dar vida a esa contagiosa melodía conocida hoy en día como “La Canelera”, misma que nunca falta en las alegres fiestas de mi pueblo.

Cabe destacar, que respecto a la pareja con que nuestro Padre fundador pudo dar pie a las futuras generaciones poco se sabe, lo que imposibilita saber la identidad de nuestra Eva Sapiens.

Necesario es comentar, sin embargo, que, al igual que ocurre con todos los que escriben trozos de nuestra historia, no han faltado los presuntos historiadores que aseguran tener evidencias de que Mythus Lophezjep, era un salvaje enamoradizo, romántico y de dulces sentimientos, lo que lo hacía ser un garañón codiciado por las hembras de su manada y siempre seguido y vitoreado por su grupo de seguidores,

Esa identidad, narran ciertos investigadores, es parte de la vena de enamoradizos y coquetos que distingue a los descendientes de nuestro homo-galán no sólo en toda la región del centro-norte de Sinaloa, sino en todo el estado y México entero.

Respecto al destino del ancestro poco se sabe, aunque se piensa que luego de fundar la pequeña República Tolteca de Capomos y habernos legado las semillas de sus genes, el homo-galán pudo ser encontrado y rescatado de ésta zona por una flotilla de dinosaurios montados por aguerridos elementos de lo que hoy sería la Guardia Nacional, quienes habrían salido en su busca para los efectos de salvarlo de las garras de atrevidos y aguerridos aventureros que luchaban por el control de nuestra región.

Desconoce la historia el destino final de  Mytus Lóphzejep, aunque se supone que tras haber sido rescatado fue llevado a seguir con su tarea de poblar, adoctrinar y sentar las bases para lo que sería la primera de un total de cuatro transformaciones que tendrá que encarar este gran trozo de roca llamado tierra.

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