Opinión
¿Hay algo que no hayas perdonado?
Foro Joven.
07/12/2019
Hablemos de aquello que tanto lastima: el no poder perdonar. A todos nos han herido y quizás más de una vez, decepciones que matan, dolores que parten y tristezas que nos carcomen.
Muchas veces, queriendo o no, nos agreden e insultan, las personas siempre les provocan dolor a otras personas.
No podemos impedir ser lastimados ni siquiera podemos evitar lastimar a otros, pero sí podemos decidir si seguimos nuestro camino aceptando el pasado o si queremos arrastrarlo junto a nosotros lastimosamente, pagando caro por los errores de otros, acumulando así pensamientos negativos, rencor, sed de venganza, dolor e impotencia, que harán que sólo crezcan las ganas de herir y ver cómo el otro las paga.
No sigas tu vida jugando a ser Dios y ser juez, dictando quién es bueno y quién es malo, quién merece el cielo o el infierno, mucho menos seas tú quien de sentencia, ¿Quiénes somos para juzgar a otros por sus actos?
¿Acaso nunca te has equivocado? ¿Nunca has herido o decepcionado a alguien? ¿No les has mentido?
Aquel que pudo haberte herido y lastimado, posiblemente ha vivido un infierno aún peor que el tuyo o esté por vivirlo, pero no se trata de hacer justicia y querer sanar las heridas con el sufrimiento del otro. Para volver a tu vida y seguir, solo necesitas perdonar.
Esto no significa que veamos insignificante lo ocurrido, ni que lo apruebes, ni que seas amigo. No es una reconciliación y mucho menos olvido.
Es soltar, dejar ir, destruir todo lazo que te mantiene unido a quien te dañó y a un pasado que te impide seguir viviendo tu presente y disfrutar de tus seres queridos.
Perdonar es aceptar lo que pasó, sin buscar razones que lo justifiquen o lo sentencien, sólo asimilar lo que ya fue, aprender de ello, soltar y seguir.
No esperes que venga a ti y se disculpe, que se ponga de rodillas y te suplique, no esperes verle humillado para poder perdonarlo, porque entonces no será sincero, ni será alivio.
Dilo en voz alta y de corazón: “Te perdono”. Y el día que puedas decírselo de frente, hazlo. No porque lo merezca ni por segundas oportunidades y mucho menos porque esto haga que el pasado cambie.
Perdona, porque tú lo mereces, mereces seguir viviendo, necesitas que la tranquilidad vuelva, hazlo por tu salud mental y física.
Perdona, para que tu corazón no se endurezca y te impida amar, alejándote de las personas mientras por desconfianza, construyes muros y más muros. No permitas que el dolor te ciegue, y en lugar de amor, sientas rencor.
Para que puedas volver a vivir, recordar sin que te duela hasta el alma y amar como si nunca te hubiesen herido, perdona y pon un punto final.
Que después de cada punto, hay un gran inicio, en otra página, en otro capítulo o en otro libro, eso ya lo decides tú. ¿Eres capaz de poner ese punto final?
Facebook: Aracely Ceballos (Chely)
Twitter: @Chely_Ceballos