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Opinión

Esos niños no debieron morir

El Puente.

Los accidentes automovilísticos provocados por un descuido o un acto de irresponsabilidad al conducir un vehículo en estado de ebriedad, cansado, o distraído, han teñido de rojo las vacaciones de Semana Santa, enlutando de nuevo los hogares de varias familias sinaloenses.

Sucede lo mismo, una y otra vez, cada fin de semana largo, cada período vacacional, y no aprendemos la lección que nos dejan las tragedias ajenas, hasta que nos sucede en carne propia. 

Pero del “trágico saldo del fin de semana” lo que más duele son los niños fallecidos por la imprudencia de un chofer.

Y duele mucho más porque su muerte pudo haberse evitado, si los conductores de los vehículos en los que viajaban las inocentes criaturas, hubieran cumplido con las medidas básicas de seguridad.

Si los padres de esos menores tan sólo los hubieran colocado en un asiento especial y a los más grandes en la segunda fila con su respectivo cinturón de seguridad, lo más probable es que se hubieran salvado. 

Definitivamente, otra fuera la historia de los pequeños ahomenses y sus familiares que murieron aplastados por la caja de un tráiler en las inmediaciones de Caborca, Sonora, cuando una imprudente mujer que conducía una camioneta intentó ganarle el paso a la pesada unidad, provocando la volcadura y la irremediable tragedia. 

Tampoco debieron morir los dos niños que viajaban en la segunda fila de un automóvil procedente de Huatabampo, Sonora, cuando por causas aún desconocidas, la unidad salió de la carretera, a la altura del Poblado 5, en el Valle de El Carrizo, y se impactó contra un muro. 

Los menores murieron porque no llevaban colocado el cinturón de seguridad, como sí lo tenían sus padres que viajaban en la primera fila del vehículo y con ello lograron salvar sus vidas.  

Puede sonar fuerte y crudo el tema de la irresponsabilidad, pero es una realidad. Los padres y quienes tienen bajo su cuidado a los niños, tienen la obligación de mantenerlos seguros en el auto.

Para nadie es un secreto que en la mayoría de los vehículos conducidos por adultos los niños viajan en la segunda fila, pero no llevan colocado el cinturón de seguridad, los bebés generalmente viajan en la primera fila en los brazos de sus madres, o incluso mientras conducen, pero hay quienes los llevan en la caja de una camioneta pick up, mientras los adultos viajan en la cabina; de tal manera que cuando ocurre un choque las primeras víctimas son precisamente los niños.

No es casualidad que mientras las autoridades reportaron en 2016 una reducción del 25 por ciento en accidentes de carretera a nivel nacional, el número de víctimas menores de 12 años no bajó de 900, que es el promedio anual de la última década. 

Pero, aunque el factor determinante en la mayoría de los accidentes sigue siendo la irresponsabilidad de los conductores, lo cierto es que también pesa la falta de una política pública enfocada específicamente a la prevención de accidentes.

GRAFITI

El alcoholímetro no es la única solución. El operativo anti alcohol ha permitido reducir los accidentes, pero no es una medida suficiente, las autoridades pueden y deben hacer mucho más en materia de prevención, porque actualmente no se cumple ni siquiera con las medidas básicas.

Es necesario reforzar la vigilancia con patrullas que estén a la vista de los conductores en las zonas de mayor incidencia de accidentes, colocar señalización visible de límites de velocidad, advertencias también visibles de zonas escolares, apoyar con agentes viales el cruce de alumnos, mejorar el mantenimiento del pavimento y repintado de calles y carreteras.

Pero, ante todo, debe darse una nueva y más clara instrucción a los agentes de Tránsito y federales de caminos, sobre la necesidad de establecer controles más estrictos para sancionar el uso inadecuado del teléfono celular y del cinturón de seguridad, aplicando la multa correspondiente y no sólo notificando a los conductores como ocurre en la actualidad.

También se requiere una ingeniosa campaña en medios masivos y redes sociales que logre transmitir el peligro de las distracciones al volante (sobre todo por el uso del celular) con el testimonio de víctimas reales que hoy sufren las consecuencias de una de las más grandes carencias que tenemos como sociedad: cultura de la prevención.

Twitter: @victortorres_mx


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