Icono Sección

Opinión

Eres lo que Dices

Pensándolo bien.

Valeria Sabater, psicóloga española, sostiene que la forma en que describes a los demás dice mucho de ti.

“Eres lo que dices”. Esta afirmación no es nuestra, sino del doctor Skowronski de la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte, quien realizó una detallada investigación sobre los estilos de personalidad y las atribuciones que hacemos. En ella quedó claro un hecho que todos intuimos: la forma en que describes a los demás te define. Somos lo que decimos, somos cada cosa que inferimos y que proyectamos sobre quienes nos rodean.

Si la forma en que describes a los demás deja entrever tu personalidad, aquellos que se sirven siempre de etiquetas negativas y críticas evidencian a menudo ese vacío interior donde habita la falta de autoestima, donde el uso de la descalificación deja que se transparente tanto la frustración como la infelicidad.

En la investigación antes citada de la Universidad de Wake Forest pudo verse algo muy llamativo: las personas que emiten menos juicios y se caracterizan por ser más positivos y con una buena autoestima no se dejan llevar tanto por esas valoraciones previas y prefieren ante todo tomar contacto y establecer cercanía.

Sólo cuando permitimos que queden a un lado el uso de las valoraciones, etiquetas e inferencias con poca o nula solidez aumentan las posibilidades de identificación con quienes nos rodean, de crear nuevas amistades más sólidas y dar forma a entornos más respetuosos con muchos menos prejuicios.

Cuando describes a los demás sin el peso de la desconfianza, del prejuicio y la burla, te permites casi sin saberlo la oportunidad de generar una mayor sinergia con las personas que te rodean, libres del muro de los estereotipos y encasillamientos.

(Hasta aquí Valeria Sabater).

Comentario de JPR:

Con todo respeto tanto para el Dr. Skowronski como para Valeria Sabater, decir que el juicio que cada quién hace de otros dice tanto de los demás como de sí mismo no es un descubrimiento científico: es simplemente hablar de lo evidente.

La realidad es que TODAS las personas tienen juicios sobre los demás. El ser humano aprendió desde pequeño a tener estas interacciones con su madre y a partir de ahí formarse algún juicio sobre ella. Esto significa simplemente que todo ser humano juzga.

La paradoja de este supuesto descubrimiento estriba en que estamos haciendo aquí un juicio de quienes hacen un juicio. Y claro que al hacerlo nosotros somos tan juzgadores como quienes calificamos de lo mismo. Ellos creen que saben la verdad: su verdad; nosotros también creemos lo mismo: nuestra verdad. 

Supuestamente la desaparición de la paradoja es establecer la diferencia entre los que juzgan expresando el juicio y los que callan ocultándolo. Lo sentimos mucho, pero eso no desaparecería al juicio en sí, sino que solo ocultaría la evidencia de la expresión.

Ahora bien, decir que “las personas que emiten menos juicios y se caracterizan por ser más positivos y con una buena autoestima, no se dejan llevar tanto por esas valoraciones previas y prefieren ante todo tomar contacto y establecer cercanía”, es otra evidencia de un comportamiento preferido en una institución o una empresa: esto es, un trabajador que no juzgue a sus jefes inmediatos será mejor, así es como se mantiene una producción aceptable. (Lo cual establece un juicio evidentemente fallido).

Piénsele bien y seguiremos platicando.

WhatsApp: 6688568565 

jperezrobles@gmail.com

MÁS DE Javier Pérez Robles