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Opinión

Emoción, Dolor y Vida

Pensándolo bien.

Valeria Sabater, psicóloga de la Universidad de Valencia, se pregunta: ¿Cómo afectan las emociones a la espalda?

Decía Platón que el cuerpo es la cárcel del alma. Porque en ocasiones, en lugar de ser nuestro aliado es el mensajero de algo que duele, de algo que no va bien. Así, y en caso de que te hayas preguntado alguna vez cómo afectan las emociones a la espalda, la respuesta no puede ser más clara: generan contracturas, tensiones y dolores que los fármacos no siempre alivian.

Hay expertos que no tienen prejuicios a la hora de señalar que la columna vertebral es el soporte, no sólo de nuestras cargas físicas, sino también las emocionales. No tenemos más que recordar su función estructural: proteger y recubrir nuestro delicado sistema nervioso. Sentir dolor lumbar, sufrir una contractura o lo que es peor, padecer dolor crónico de espalda paraliza la propia funcionalidad, nos obliga a detenernos. 

El dolor es, por encima de todo, como ese perro fiel que hay ante nuestra casa y que ladra cuando hay un peligro. El dolor de espalda suele ser uno de los síntomas físicos más comunes en pacientes con depresión o ansiedad generalizada. No podemos olvidar que el dolor es, por encima de todo, una experiencia neurológica transmitida por nuestro sistema nervioso. Así, en esos estados caracterizados por la angustia, el miedo, la decepción o el desánimo lo que hay en nuestro cerebro es un desequilibrio químico. Una irregularidad entre la serotonina y la norepinefrina genera, por ejemplo, un incremento en la percepción del dolor.

Natación, antiinflamatorios, relajantes musculares… Ninguno de estos enfoques sirve cuando la persona que sufre dolor de espalda padece en realidad dolor emocional. Tal y como nos explican en un artículo de la revista Psychology Today el sufrimiento emocional es el indicador de que alguna parte de nuestro ser está rota, fragmentada. Esa lesión invisible se somatiza generalmente en forma de dolor de espalda, cefaleas, problemas digestivos, etc.

La mente tiene un vínculo directo con nuestro cuerpo y el cerebro orquesta ese control a veces despiadado donde cualquier preocupación, enfado o problema no resuelto, hará de nuestra espalda su sala de torturas particular. Aprendamos a prevenir, cuidemos de nuestras emociones tanto como de la propia alimentación y no nos olvidemos nunca del «movimiento». Un cuerpo que se mueve y una mente que sabe despejarse de vez en cuando también son claves de salud. (Hasta aquí Valeria Sabater).

Comentario de JPR:

No hay mucho qué comentar aquí después de escuchar todo esto. Tal vez ésta sea el área donde los investigadores profesionales de la mente humana se sienten en la frontera entre lo que realmente saben y lo que realmente ignoran.

Es por ello que quienes no sabemos tanto debemos concluir con una frase que nos venga bien y nos deje tranquilos, como: Un cuerpo que se pueda mover y una mente que pueda saber despejarse de vez en cuando, también son claves de salud.

Lo que queda claro, después de todo lo dicho, es que: entre la emoción y el dolor ahí está la vida.

Piénsele bien y seguiremos platicando.

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