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Opinión

El Secreto de la Felicidad

Pensándolo bien.

Fátima Servián Franco, psicóloga española, sostiene que el secreto de la felicidad nace de la pasión por lo que se hace.

La calidad de vida no depende sólo de la felicidad, sino también de lo que uno hace para ser feliz. Si no se desarrollan metas que den sentido a la propia existencia, si no utilizamos la mente a pleno rendimiento, entonces los buenos sentimientos llenan apenas una minúscula fracción del potencial que poseemos. Es aquí donde está el secreto de la felicidad.

 Tras décadas dedicadas a estudiar los estados en los que las personas alcanzan su máximo potencial, los estudios de Mihaly Csikszentmihalyi, catedrático en neurociencias de la Universidad de Stanford, indican que las personas son más felices cuando alcanzan un estado de alta concentración, al que este autor llamó “fluir” (o “flujo”).

Este estado se consigue cuando experimentamos las emociones positivas como la felicidad, la fuerza o la actitud positiva, los conocidos estados de “negentropía psíquica”. Al no necesitar la atención para rumiar y sentir pena de nosotros mismos, la energía psíquica puede fluir libremente hacia cualquier pensamiento o tarea en que decidamos ponerla.

Diversos estudios parecen indicar que algunos factores como el dinero tienen, en realidad, un papel relativo en nuestra felicidad. Ahí no se encuentra el secreto de la felicidad, pues el dinero, por ejemplo, es importante cuando tenemos poco -igual que la comida es muy importante cuando te mueres de hambre-, pero cuanto más dinero tenemos menos influye éste en nuestra felicidad.

Los lunes suelen ser los peores días de la semana para mucha gente porque significa volver a trabajar. Pero Csikszentmihalyi ha detectado una paradoja: el trabajo es más propicio que el ocio para alcanzar lo que él llama “estado de flujo”, algo que podría interpretarse como el secreto de la felicidad.

El estado de flujo es esencialmente eso: la capacidad de concentrar la energía psíquica y la atención en planes y objetivos de nuestra elección, y que se siente que vale la pena realizarlos porque se ha decidido este tipo de vida y se disfruta cada momento de lo que se hace. (Hasta aquí Fátima Servián).

Comentario de JPR:

El concepto de “estado de flujo” que se alcanza con la actividad deseada y gustada por el sujeto (como es el caso del músico que ejecuta su parte en un grupo de jazz), es ideal para describir la relación de hacer lo me gusta y la sensación de placer o felicidad asociada. Esa es la concepción del psicólogo Csikszentmihalyi y no parece estar mal concebida.

Sin embargo, en la vida cotidiana no tenemos una buena aproximación a la descripción de este fenómeno, aunque todos lo hallamos experimentado en el deporte, en el trabajo y en otras formas de juego o relación humana en que nos sintamos muy bien.

Es lo que todos reconocemos en las producciones literarias o en el cine con placer, al identificarnos con algún personaje que se nos muestra feliz.

No estaría mal que estudiáramos más de la dinámica mental con la que el científico norteamericano de origen croata (y apellido impronunciable) define a esa sensación que todos llamamos felicidad. 

Habrá tal vez que buscar en el Internet o donde sea y estudiar más a la felicidad: esa sensación que es tan fácil de experimentar, como difícil de definir. Ahí estará el secreto de la felicidad…

Piénsele bien y seguiremos platicando.

jperezrobles@gmail.com

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