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Opinión

El Congreso local debe levantar la mira

El Puente.

La inédita integración de la legislatura número 63, como resultado de las elecciones del pasado 1 de julio, que pusieron fin a la aplastante mayoría del PRI, debe ser también la oportunidad para el surgimiento de nuevos liderazgos, que mucha falta le hacen al vapuleado Congreso del Estado de Sinaloa.

Hasta ahora, el saldo de las primeras sesiones de la nueva legislatura ha resultado decepcionante, por decir lo menos.

Los gritos y los insultos desde las gradas han estado por encima del debate de las ideas y las propuestas. Por si fuera poco, los desfiguros de algunos diputados que no aportan nada y que ya enseñaron el cobre al intentar lucrar con el cargo, muestran hoy la peor cara del poder legislativo.

Un ejemplo de lo anterior es el coordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, Eleno Flores, quien se ha manifestado abiertamente en contra de cualquier iniciativa que pretenda reducir los ingresos y privilegios de los diputados, siendo que esta es una de las principales propuestas del Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Por otro lado tenemos al exhibicionista exalcalde de Angostura, José Manuel “Chenel” Valenzuela, quien hace unos días llegó al extremo de pretender lucrar con un niño que murio ahogado en un arroyo de Culiacán.

El diputado había entregado, a nombre del Congreso, un donativo de 4 mil pesos a la madre del menor, pero luego pidió que le tomaran una foto junto al ataúd, lo que provocó que lo corrieran a gritos del velorio.  

En contraste, habría que reconocer que no todo el saldo de las primeras dos semanas de la nueva Legislatura ha sido negativo.

También se han logrado avances con algunos pronunciamientos a favor de causas sociales, como la lucha contra las altas tarifas eléctricas que tienen al borde de la quiebra a cientos de pequeñas y medianas empresas, así como las propuestas para la reducción del gasto operativo del Congreso.

Sobre este último tema alzaron la voz dos diputados, la morenista Graciela Domínguez Nava y el priista Sergio Jacobo Gutiérrez, quienes hicieron públicas sendas propuestas para hacer más eficiente el trabajo legislativo con menos recursos.

Graciela Domínguez preside la Junta de Coordinación Política y coordina al Grupo Parlamentario de Morena (la nueva mayoría) y Sergio Jacobo tiene la encomienda de dirigir al Grupo Parlamentario del PRI, convertido ahora en la primera minoría con sólo ocho diputados.

Ambos legisladores forman parte de diferentes grupos de poder y obedecen a intereses también distintos, pero coinciden en tres factores que podrían marcar la diferencia en cuanto a la calidad que requiere alcanzar el trabajo legislativo: los dos representan a una nueva generación de políticos, ambos están al frente de sus respectivos grupos parlamentarios y cada uno desde su trinchera tendrá la oportunidad de destacar y hacer carrera política.

Graciela Domínguez, quien desempeña por segunda ocasión el cargo, aunque ahora en circunstancias evidentemente mucho más favorables, se desenvuelve con prudencia política en un ambiente que ha resultado un tanto hostil desde el arranque de la legislatura al fracasar los primeros acuerdos para la integración de la mesa directiva, cuya presidencia le fue negada al PRI.

Sergio Jacobo, por su parte, ya demostró capacidad operativa y habilidades retóricas, aunque ha sido criticado por tomar la tribuna del Congreso para que los diputados del PRI manifestaran su inconformidad por la forma en que ha conducido las sesiones el presidente de la Mesa Directiva, el petista Marco Cesar Almaral, a quien acusaron de inepto y faccioso.

Y mientras esto sucede en el interior del Palacio Legislativo, afuera está expectante la mayoría silenciosa, la que no hace tanto ruido, la que no asiste a las sesiones porque detesta a los políticos, pero al mismo tiempo paga con sus impuestos el pobre espectáculo.

Por esto y más, los diputados que sí están conscientes de su responsabilidad como representantes populares y aquellos que se han preocupado por prepararse para desempeñar el cargo, deben levantar la mira y evitar que el Congreso se convierta en un circo de tercera donde los únicos protagonistas son los payasos.

GRAFITI

David López Gutiérrez cierra un ciclo… El economista y político sinaloense, reconocido por su capacidad y experiencia, pero también por su sencillez y limpia trayectoria, concluye su larga y exitosa carrera en el área de la difusión institucional.

David López se ha desempeñado como director y coordinador de Comunicación Social en diversas dependencias, como la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal, Comisión Federal de Electricidad y en la Secretaría de Gobernación.

También fue coordinador de Comunicación Social en gobiernos estatales, como Sinaloa, con el gobernador Renato Vega Alvarado y en el Estado de México, con los gobernadores Alfredo del Mazo González, Emilio Chuayffet y el actual Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, con quien también desempeñó el mismo cargo en el gobierno federal, hasta marzo de 2015, cuando renunció para ser postulado como candidato a Diputado Federal.

Al concluir la legislatura, en la cual fue coordinador del grupo de legisladores priistas de Sinaloa, y después de tomar unas vacaciones con su familia, López Gutiérrez decide poner fin a su carrera en el área de Comunicación Social con una última encomienda que durará tres meses y por la cual no recibirá un sueldo porque está impedido por ley: trabajará para su hijo, el alcalde de Metepec, David López Cárdenas.

“De aquí a diciembre será mi última tarea en el área de Comunicación Social, después ya veremos que hacemos”, nos dijo vía telefónica el pasado sábado, al tiempo que nos solicitaba un espacio para la difusión del Festival Internacional de Arte y Cultura “Quimera 2018”, que inició el pasado fin de semana en esas bellas tierras del EdoMex, mundialmente famosas por la gran calidad de sus artesanías.

Twitter: @victortorres_mx


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