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Opinión

El “arrimón” que exhibió al Congreso

El Puente.

Lo que muestra el video que circula en redes sociales no es muy diferente a lo que ocurre con cierta frecuencia en el transporte público. Pero el lugar no es un camión urbano, ni el metro de la Ciudad de México, sino el Congreso del Estado de Sinaloa en plena sesión pública.

En la escena, el diputado Carlos Montenegro se acerca por atrás a la diputada María Eugenia Medina Miyazaki, quien estaba inclinada revisando su celular… Al fondo se escucha a la secretaria de la Mesa Directiva dando lectura al dictamen para la pensión por jubilación al ex Subprocurador de Justicia del Estado, Martín Robles Armenta. 

Sin ningún rubor, el legislador aproxima su cuerpo hasta tocar con su zona genital la parte más baja de la espalda de su compañera legisladora, le da un ligero empujón y le dice algo al oído. La diputada responde con un leve manotazo al aire, él la esquiva, bromean, ella sonríe y parece divertida con la “broma”. Montenegro, también sonriente, le dice algo más y se retira del lugar. 

Acto seguido, el diputado continúa la charla con otros dos legisladores, al tiempo que saluda a alguien a la distancia con un ademán, ajeno totalmente a la sesión, como si estuviera en una fiesta de amigos. 

En el video se escucha una voz, al parecer de la persona que graba la escena con su celular. Se percibe una evidente molestia: “Mira como le llegó a la muchacha por atrás… ¿qué respeto tiene este cabrón?… Mira, la muchacha (la diputada) está sonriendo… Y ahí va, Carlos Montenegro, platicando otra vez… monito de peluche… Y así se la lleva en todas las sesiones… míralo eh, puro monito de peluche, se la lleva plática y plática”. 

En cuestión de horas el video se volvió viral. Comunicadores de medios locales y nacionales lo difundieron en sus sitios web y la periodista Carmen Aristegui le dio una amplia proyección con el siguiente encabezado: “Arrimón de diputado a diputada en plena sesión del Congreso de Sinaloa”.

Las reacciones de los lectores no se hicieron esperar, pero lo que más llama la atención es que una gran parte de los usuarios de redes sociales que manifestaron su opinión sobre el video, se refirieron principalmente al desorden que prevalece en las sesiones del Congreso.

Uno de los lectores lanzó la siguiente pregunta: “Si hay alguien hablando y exponiendo algo en el Congreso, ¿Por qué todos están haciendo cualquier otra pendejada menos poniendo atención?”. 

Y varios respondieron: “Porque están en sesión y para estos tipos estar en sesión es lo mismo que estar haciendo cualquier tontera”… “Buena observación mi amigo, le explico brevemente, no hacen caso porque su partido ya les dijo en qué sentido van a votar, son monigotes sin criterio que responden a intereses partidistas”… “Es obvio que a nadie le importa la ley ahí”… “Qué asco de personas”… “Qué falta de respeto al recinto donde se aprueban las leyes”… “Si eso hacen en público, que no harán en privado”.

Ante el escándalo, Montenegro, acompañado de la diputada Medina, publicó una grabación en su cuenta de Facebook, en la cual rechaza que le haya faltado al respeto: “Por parte de un servidor no existe ni existirá jamás una falta de respeto con mis compañeras diputadas…de antemano, María Eugenia, si existió alguna mala interpretación (sic), te pido de manera muy honesta y muy sincera que me disculpes”... Y luego ella le responde: “No hay nada que disculpar, no hubo ninguna agresión, ninguna falta de respeto”.

El bochornoso incidente pareciera que no tiene mayor repercusión, pero denota una gran ligereza, porque aun sabiendo que estaban en una sesión pública, la conducta de ambos legisladores demuestra lo que en privado podría ser recurrente: su vulgaridad.

Por otra parte, en anteriores ocasiones, algunos diputados se han referido, con comentarios en corto, a la rudeza con la que Carlos Montenegro trata a la coordinadora del grupo parlamentario, diputada Irma Tirado. Nadie se explica por qué le toleran esos desplantes, y mucho menos se entiende por qué ni siquiera se le hizo un llamado público de atención. 

La Junta de Coordinación Política del Congreso debería aprovechar el incidente para dar una lección de ética, congruencia y respaldo a las mujeres en su conjunto, porque al final de todo esto son quienes resultaron agraviadas con el video en mención.

GRAFITI

Cero en conducta. Más que Congreso parece un mercado de dos niveles. Arriba, en tribuna, se desahoga la sesión, mientras que en la planta baja la chorcha está a todo lo que da. 

No son pocos los diputados que pasan lista de “presentes”, pero en la sesión están ausentes. Cada quien está en su rollo, haciendo desmadre sin pudor y sin importarles que son observados. 

Penoso papel desempeña el presidente de la mesa directiva, quien, como la “Maestra Canuta”, intenta poner orden, pero nadie le hace caso… ¿Y la Ley Orgánica? 

Los diputados no guardan las formas. Eso sí, las “selfies” por docenas y lujos insultantes. Algunos se cuelgan más de 20 mil pesos en ajuar. Trajes, vestidos, zapatos, relojes, joyas, bolsas, camisas, cintos, corbatas y mascadas de seda al último grito de la moda.

¿Y así aquí quieren dignificar la política?

Twitter: @victortorres_mx

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