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Opinión

Cuarentena

Ad honorem.

La cuarentena exige voluntad, reflexión, y relajación de cuerpo y mente. 

Es grave el problema colectivo. La enfermedad acecha a miles de personas, a contagiados y cada día crece el número de pacientes que se debaten entre la vida y la muerte. En las labores de apoyo y prevención comunitaria actúan valientes hombres y mujeres de organizaciones diversas. La atención de enfermos es ejemplar, a cargo del entregado personal médico. 

El escenario complicado reclama de todos. Lo primero es la disposición  de ayudar, cada quién sabe sus posibilidades. Cualquier forma colaborativa es útil, es necesaria. 

Para los confinados en casa, muchas son las actividades. Desde atender asuntos postergados de limpieza, acomodo de cosas y objetos, revisión de documentos y papeles ; al interior, la plática con familiares, la comunicación a distancia sobre asuntos laborales, o con seres queridos; el uso moderado, sin adicción, de las modernidades de entretenimiento digital, acceder a plataformas, escuchar música, ver programas y películas. 

Se trata de aprovechar el día, ser útiles, sentirnos satisfechos, evitar la turbación. Todos estamos a prueba, para nadie es fácil; requerimos disciplina y control sobre sí mismos. 

Nos queda ejercitarse en lugares domésticos, se suspende utilizar parques, gimnasios y centros deportivos. Procuremos actividades de reflexión interior y ejercicios corporales con rutinas ordenadas; son esenciales, hasta divertidas. 

Leer y escribir es un acto principal en condiciones de resguardo. Es provechoso para todas las edades; además, es reconfortante y formativo. Es una conquista hacer de ese hábito una amenidad permanente.

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