Candidatos: su marca definida

Estamos a sólo 37 días de la celebración de las elecciones constitucionales de México. A partir de ese proceso, a ocurrir el 1 de julio de 2018, los mexicanos habremos elegido a través de nuestro voto al hombre que será el nuevo Presidente de la República.

Y la pregunta que rebota de boca en boca en una desbordada interlocución ciudadana, busca afanosamente una respuesta respecto al nombre del candidato que resultará triunfador en la citada contienda electoral.

Por supuesto que en esa búsqueda de la verdad, hasta hoy inexistente, los que interrogan esperan escuchar el nombre del candidato de sus preferencias.

Y ahí surge la discusión. Los puntos de vista… Las discrepancias que de manera acalorada dividen amistades y hasta relaciones de tipo familiar.

Hoy en día, hasta los más alejados de la actividad política asoman la cabeza al escenario electoral, en aras de enterarse y conocer el estado que guarda el proceso en materia de preferencias ciudadanas, para así poder entregar su propia opinión.

Es así como se desata la polémica, dando vida a la que pudiera ser considerada una guerra de opiniones.

Una guerra en la cual, por cierto, según mi particular observación los candidatos son mejor identificados por sus apelativos que por sus nombres de pila e incluso en muchos de los casos por encima de los partidos que los postulan.

Es evidente que la gente común y corriente habla de López Obrador, Meade o Anaya, mientras que en el caso del Independiente se le identifica simplemente como “El Bronco”, lo que nos hace suponer que muchos mexicanos no saben a ciencia cierta su apellido y quizá, en menor grado, su nombre de pila, y eso sí es preocupante.

Así las cosas, habría que ver si en una encuesta para conocer el grado de conocimiento o simpatías por los candidatos presidenciales preguntamos a los ciudadanos lo siguiente;  ¿De entre Jaime, Andrés Manuel, José Antonio, y Ricardo, por quién votaría usted para Presidente de la República? 

Es probable que con esa vaga pregunta nos encontraríamos con una importante variación respecto a las que los encuestadores realizan de manera normal, es decir, con la pregunta enunciando la identidad completa de los candidatos.

Y en este sentido, surge otra interrogante, para mi punto de vista, muy interesante; ¿Cuáles serían las tendencias del voto ciudadano si la encuesta o sondeo se realiza mencionando solo a los partidos políticos, sin mencionar los nombres de los personajes?

En este caso, es factible creer que en el resultado también se observaría una interesante variación en materia de aceptación social frente a las citadas encuestas, donde se ofrece el nombre completo de los candidatos y los partidos postulantes.

Pero ¿a dónde nos lleva este análisis de las cosas? Fácil, nos lleva a entender que la marca política electoral mejor posicionada en el entorno nacional, según todas las encuestas conocidas y publicadas, no es Morena, ni Andrés Manuel, y tampoco El Peje, sino simplemente “LÓPEZ OBRADOR”.

Lo mismo pasa con los otros tres candidatos… El PAN y sus aliados deben enfocar su trabajo proselitista en los días de campaña que les restan en la marca ANAYA, lo mismo que el PRI, con sus coaligados, debería sólo referirse a la marca MEADE y ni se diga con el regiomontano independiente cuya identidad simplemente sería EL BRONCO, situación que en tal caso lo coloca en desventaja, ya que en las boletas electorales no aparecerá esa, su muy personal marca política.