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Opinión

Arrancones: Abierto desafío a la autoridad

El Puente.

El grupo se hace llamar “Road Kings Culiacán”, está integrado por alrededor de 15 jóvenes conductores de lujosos autos deportivos y era la tercera vez que se reunían para presumir sus “naves” a toda velocidad en las calles de la ciudad.

Pero esta vez no les bastó con exhibirse en la periferia de la capital sinaloense, como en un principio lo hacían, organizando arrancones en los bulevares del sector de La Isla Musala, en donde nunca fueron ni siquiera amonestados por la autoridad municipal.

Quizá por ello decidieron meterle más adrenalina al espectáculo y empezaron a ocupar, a plena luz del día, los estacionamientos de plazas comerciales, calles y bulevares de colonias densamente pobladas, para hacer rugir los motores, patinando y quemando llanta en círculos sobre el pavimento, una vieja práctica conocida en el ambiente de las carreras callejeras como “donas” o "cuicas", con las que los pilotos buscan impresionar al público demostrando sus habilidades al volante.

Pero lo que comenzó como una reunión de amigos con gustos muy caros comenzó a degenerar en absurdas manifestaciones de poder en pleno centro de la ciudad, a tal grado que, para su tercer encuentro, el grupo decidió organizar un arrancón a las seis de la tarde, en la avenida Álvaro Obregón, tendiendo como punto de partida nada menos que el Palacio Municipal. 

Era una tarde de sábado y se respiraba hasta ese momento un ambiente muy tranquilo en el sector donde también se ubica la emblemática Parroquia de Nuestra Señora del Rosario (Catedral), cuando de pronto aparecieron 16 autos deportivos, se colocaron en posición de arranque y derraparon sus ruedas sobre el asfalto a toda velocidad, justo frente a la sede del Ayuntamiento de Culiacán.

Cabe mencionar que la Policía Municipal ya había recibido reportes esa misma tarde de otros sectores de la ciudad, las llamadas al 911 alertaron sobre automóviles con motores “ruidosos” que estaban alterando el orden, pero el arrancón desde Palacio Municipal y las “cuicas” que hicieron minutos después en la misma avenida Obregón, muy cerca de La Lomita, rebasó el límite de tolerancia de la autoridad.

El operativo de la Policía Municipal, apoyado con cámaras de videovigilancia, dio como resultado 35 detenidos, entre ellos 10 adolescentes, la mayoría estudiantes de la Preparatoria del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, los cuales, por cierto, con mucha frecuencia conducen sus vehículos deportivos a toda velocidad al salir del plantel, ubicado por el bulevar Pedro Infante y Francisco Estrada del Desarrollo Urbano Tres Ríos.

A través de un comunicado, la Secretaria de Seguridad Pública Municipal informó que los detenidos son considerados infractores del Bando de Policía, por lo que fueron remitidos a los separos de la Policía preventiva, en donde un juez de Barandilla les impuso una multa por alteración del orden público, en tanto que los vehículos fueron depositados en la pensión de Tránsito.

Es obvio que ninguno de estos jóvenes tuvo problemas para pagar la multa y recuperar de inmediato, tanto su libertad como el vehículo asegurado por la autoridad, y quizá el próximo fin de semana saldrán de nuevo a las calles a hacer lo mismo, lo sabremos en su oportunidad.

Lo deseable es que las autoridades apliquen todo el rigor de la ley a este tipo de conductas antisociales que ponen en riesgo la vida de terceros y alteran la tranquilidad de la ciudad.

Si la prioridad de la Policía Municipal es la seguridad de las personas y la protección de sus bienes, debe actuar en consecuencia remitiendo a los detenidos a las agencias del Ministerio Público y no ante el juez de Barandilla, para que en todo caso se abran las carpetas de investigación correspondientes y se canalice a los involucrados ante la Fiscalía General, o bien ante la PGR, si así lo amerita el delito cometido.

No hay que olvidar que en los arrancones la autoridad también puede sancionar otros delitos como la venta de drogas y armas e incluso las apuestas clandestinas, claro que para ello los jueces de Barandilla deben tener, no sólo conocimiento del Código Penal, sino voluntad para aplicar la ley a secas, sin atajos ni cortapisas.

GRAFITI

Son hijos del poder, les llaman “juniors”, están acostumbrados a hacer y deshacer.

Por lo pronto, el operativo de la autoridad municipal ante el arrancón del pasado sábado, en pleno centro de Culiacán, estuvo más que justificado.

La pensarán antes de repetir su “hazaña”… Lo ideal es que la Policía no de ningún paso atrás.

Primer round… ya veremos el segundo.

Twitter: @victortorres_mx

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