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Opinión

Apostarle al caos

El Puente.

Le apuestan al caos político y económico del país quienes insisten en hablar de revoluciones y derrocamientos, tomas de carreteras, puertos, aeropuertos y plantas de Pemex.

Y por si esto fuera poco, para doblegar al gobierno también proponen dejar de pagar impuestos.

Está claro que si eso ocurriera, a como están las reservas del Banco de México, el país se paralizaría en unas cuantas semanas.

Es difícil saber quién saldría ganando en un escenario así, lo que sí está claro es que todos perderíamos mucho más de lo que podemos imaginar. 

Ciertamente, las marchas contra el gasolinazo han servido como un escape al coraje contenido de una sociedad agraviada por la corrupción y el despilfarro de la   clase política en el poder.

Miles de personas se han movilizado, incluso quienes ni siquiera han votado en alguna elección, lo que hace suponer que las protestas han logrado motivar a sectores de la sociedad que hasta ahora habían permanecido apáticos a la participación política.

“No al gasolinazo”, “Fuera Peña”, “México despierta”, “Peña regresa lo robado”, “Ya basta de corrupción”, son algunas de las frases que se leen en las mantas y se escuchan en los gritos bien organizados de las protestas callejeras.

Pero en medio del enojo social no se escuchan propuestas de solución a la severa crisis de liquidez que enfrentan las finanzas públicas, como consecuencia del crecimiento desorbitado de la deuda externa, la cual se disparó en 144 por ciento en los últimos tres años del sexenio de Felipe Calderón.

Desde entonces, el endeudamiento excesivo se ha usado para financiar los llamados “desequilibrios” presupuestarios del gobierno y cuyas consecuencias estamos pagando todos los mexicanos.

Y nos referimos a las finanzas públicas, porque, a pesar de las enormes dificultades que enfrentamos, la economía nacional se sigue moviendo. 

Muy lentamente, sí, pero contrario a lo que ocurre en varios países de América, la economía mexicana no ha dejado de crecer.

El consumo de productos básicos no sólo no ha bajado, sino que ha aumentado; el comercio mantiene su dinamismo, la producción industrial sigue estable y el sector agropecuario está de pie, a pesar de todo.

Alguna vez te has preguntado: ¿Qué pasaría si dejáramos de pagar impuestos? 

Los impuestos son el ingreso más importante del gobierno y gracias a ellos se pueden obtener los recursos necesarios para proporcionar servicios prioritarios, como la salud, la educación, la seguridad, la impartición de justicia y el impulso a sectores económicos fundamentales para el desarrollo del país. 

La primera consecuencia de no pagar impuestos es que el gobierno no tendría recursos suficientes para cubrir los sueldos de los empleados públicos, incluyendo principalmente a maestros, médicos, enfermeras, policías, agentes del ministerio público, jueces… y ni se diga las costosísimas pensiones de millones de jubilados.

Pero no termina ahí. En una segunda etapa, si el gobierno no tuviera ingresos, nos quedaríamos sin  servicios elementales como el agua potable, mantenimiento de drenaje y alcantrarillado, alumbrado público y recolección de basura. 

¿Cuántos vecinos de su colonia estarían dispuestos a participar en una colecta nacional para cubrir esos gastos?

Ojalá se mantenga la indignación de la sociedad para cuando llegue el momento de acudir a las urnas. 

Esa será la mejor oportunidad para canalizar su malestar.

Pero habrá que hacerlo de manera inteligente y civilizada. 

No vaya a ser que nos pase lo que al pueblo de Estados Unidos, que en su afan de castigar al gobierno en turno eligieron como Presidente a un desquiciado e intolerante que podría conducir a esa nación a un caos social y económico sin precedente.

GRAFITI

En las marchas contra el gasolinazo hemos visto muy eufóricos a ciertos personajes políticos muy conocidos por su militancia en partidos de izquierda y diversas organizaciones sociales. 

Algunos incluso han jugado un rol protagónico reciente como funcionarios del Gobierno del Estado y hoy se presentan como defensores de las clases más desprotegidas.

¿Usted cree que si actualmente esos personajes tuvieran un cargo público, obviamente pagado con nuestros impuestos, estarían encabezando dichas marchas? 

Es pregunta.

Twitter: @victortorres_mx


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