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Opinión

Agresión y Violencia

Pensándolo bien.

Beatriz Caballero, psicóloga española, habla de “la personalidad de un agresor”.

Diferentes investigaciones muestran que ser objeto o testigo de violencia no hace necesariamente que esa víctima o testigo sea violento en un futuro. Sin embargo, los estudios también nos dicen que gran parte de los agresores sí tienen antecedentes de violencia familiar, lo que justifica la intervención psicológica.

Según El psicólogo británico Kevin Dutton, hay distintos antecedentes en cuanto a las experiencias familiares de los agresores y las secuelas psicológicas y físicas que produjeron en ellos:

> Rechazo y humillación: (Quienes sufrieron de) baja autoestima, falta de regulación afectiva, tienden a ser violentos frecuentemente y a maltratar emocionalmente.

> Apego inseguro; víctima y/o testigo de maltrato físico: La integridad de su autoestima depende de la relación, por lo tanto son controladores, maltratan y persiguen.

El miedo del agresor a ser abandonado es lo que provoca su necesidad de controlar y dañar a la víctima. 

El papel de los valores en la violencia. El joven con apego inseguro desarrolla un sistema de valores que justifica su visión del mundo. Estos valores se transmiten por la socialización, desde la familia, escuela y amigos.

Cualquier tipo de violencia resta y deteriora, por eso gran parte del trabajo con víctimas de violencia se centra en sumar y recuperar, es decir, acumular evidencias y experiencias que refuercen la recuperación de confianza en el criterio propio y autoestima, hasta alcanzar esa sensación de libertad que da la sensación de control. (Hasta aquí Beatriz Caballero).

Comentario de JPR:

No hay mucho qué pensar sobre los orígenes de la inclinación por la agresividad en la mente de algunas personas: es obvio que proviene de sus antecedentes familiares y escolares primarios.

Especialmente en aquellas experiencias infantiles que hayan dejado una huella de abandono o desamor en su desarrollo.

El problema de ser agresivo es que difícilmente el sujeto podrá concebirse como tal. Cuando mucho se siente como alguien que “no se deja” y llega a percibir a su violencia como un método eficaz, especialmente si tiene un cuerpo o los instrumentos que le ayuden a verse justificado en cada caso.

Mire usted: alguien que se vea auténticamente preocupado por sus propios actos de violencia, ya está en el camino de resolver su problema y dejar de ser violento; especialmente con quienes puede amar.

Aquellos violentos incapaces de verse a sí mismos como tales, difícilmente podrán dejar de serlo, creyendo que así ganan poder o respeto.

Hasta que los pierden, tanto el poder como el respeto.

O fatalmente aparecen en alguna nota del noticiero asesinados por otros violentos. Solo así dejan de ser violentos.  

La violencia no puede evitar ser algo que el ser humano normal odia de sí mismo si la tiene y de otros con mayor razón si la ve.

Para muchos humanos como usted no vale la pena ni siquiera hablar de la agresividad expresada como violencia.

De hecho, ni escucharla y menos actuarla.

Así que, mientras usted esté ahí, estará en lo justo.

Piénsele bien y seguiremos platicando.

WhatsApp: 6688568565 jperezrobles@gmail.com


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