Opinión
Afecto Físico
Pensándolo bien.
03/29/2019
Eva María Rodríguez, licenciada en Educación Física en la Universidad de Salamanca, España, habla de “la importancia del afecto físico para niños y adultos”.
En las últimas décadas se ha hablado e investigado mucho sobre la importancia que tiene el afecto físico para el crecimiento físico y emocional de bebés y niños. Diversos estudios y experiencias avalan la teoría de que los niños necesitan abrazos y caricias para crecer y desarrollarse de forma saludable.
Mostrar afecto físico hacia los hijos es algo que suele salir del interior de forma natural, especialmente cuando los niños son pequeños. La naturaleza indefensa de los niños hace que padres y familiares sientan el impulso de protegerlos, de abrazarlos.
Es importante ser conscientes de las veces que podemos tener contacto físico con nuestros hijos a través de movimientos como tomarlos de las manos, acariciar su cabello, darles abrazos y besos. Esto no echará a perder a los niños, por muy mayores que nos parezcan, sino todo lo contrario. Esta intimidad beneficia a ambas partes y fortalece la relación con ellos.
Con el paso del tiempo es fácil olvidarse de la importancia y la necesidad de estos gestos, pero aun siendo adultos necesitan este contacto. Incluso aunque parezcan rechazarlo, en su interior lo aprecian. Tal vez lo necesiten de otra forma, menos infantil o menos exaltada, tal vez en lo privado y no a la vista de todos.
Pero también es muy importante saber que no se debe obligar a los niños a abrazar o besar a nadie, aunque sea un pariente. Así se le enseña a mantener su propiedad física y autonomía, a marcar y hacer respetar sus límites.
Si obligamos a un niño a besar o recibir besos que no desea le estamos quitando las armas para defenderse de posibles abusos sexuales por parte de un adulto, dándole a entender que tiene que ceder y hacer lo que el otro le pide.
Además, le estamos enseñando a mentir acerca de sus sentimientos y le privamos de la forma de expresar su afecto hacia los demás.
(Hasta aquí Eva Ma. Rodríguez).
Comentario de JPR:
Esto de los afectos de nuestros hijos pasa también por nuestros propios afectos infantiles ya olvidados.
Lo más probable es que no nos demos cuenta de ello y Eva Ma. Rodríguez parece detectarlo cuando asocia la aplicación obligada de una regla de conducta donde el infante no desee responder con afecto a un adulto, como una probable exposición a un abuso sexual.
En todo caso somos tan capaces de no darles el afecto necesario en su desarrollo, como capaces de obligarlos a recibir o dar afecto cuando no quieren…
La manera más común del desafecto está olvidada en nuestra propia infancia ahora inconsciente, pero debemos sospecharla hasta donde podamos, por el bien de nuestros hijos.
Parece ser una buena recomendación, nos guste o no.
Piénsele bien y seguiremos platicando.
WhatsApp 6688568565
MÁS DE Javier Pérez Robles