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Científicos estudian ave marina que depende del mar sin tocarlo

Notimex
24/06/17

Científicos estudian ave marina que depende del mar sin tocarlo

Ensenada, BC.- El grupo de aeroecología marina del CICESE Unidad La Paz, estudian la distribución, el comportamiento y la ecología de la fragata (Fregata magnificens) en Baja California Sur, ave marina que depende del mar sin tocarlo.

Los estudios del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), se efectúan en conjunto con Niels Rattenborg, del Instituto Max Planck de Ornitología en Alemania, informaron los investigadores Cecilia Soldatini y Yuri Albores.

Soldatini y Albores, señalaron que uno de los hallazgos de la investigación es que han observado que la fragata es una especie que tiene muchos puntos de sensibilidad; desde cómo anida, la depredación y sus características marinas.

Sus patas cortas y plumaje no repelente al agua son las características que le impiden tocar el mar; si llegara a hacerlo sus plumas se volverían tan pesadas que ya no podría volar.

Su alimentación depende de otras especies, es decir, persigue a otras aves marinas hasta robarles su comida o atrapa peces que brincan en la superficie huyendo de otros depredadores.

Sus largas alas y cuerpo pequeño le permiten aprovechar los vientos y recorrer distancias enormes.

La fragata es de las pocas aves que tiene la capacidad de dormir en vuelo; esto lo comprobó Niels Rattenborg con fragatas (Fragata minor) en las Islas Galápagos.

Las zonas de anidación en Baja California Sur se encuentran en las islas Espíritu Santo (Golfo de California) y Santa Margarita (Pacífico).

En la isla Santa Margarita del lado del Pacífico la colonia ha disminuido hasta desaparecer, investigadores del CICESE Unidad La Paz se encuentran analizando las causas.

“La fragata tiene una distribución muy amplia, y se encuentra presente en el Pacífico y en el Atlántico. Lo que hemos visto en la población de Baja California Sur es que está muy restringida por los puntos de anidación”, señalaron Soldatini y Albores.

“La especie no se extinguirá, pero es importante mantener el buen estado de salud de las colonias. De no ser así, vendrían acá sólo para alimentarse, pero su centro de actividad se desplazaría porque aquí ya no podría anidar”, comentaron.

La población de la especie en Baja California Sur es de alrededor de tres mil individuos que dependen de una pequeña colonia de aproximadamente 200 metros de largo.

Las fragatas utilizan este pequeño espacio porque es un manglar libre de depredadores terrestres.

A pesar de que esta especie anida en manglares, la fragata no sabe romper las ramas con su pico, por lo que depende de otras especies o de las ramas que encuentre en el agua, o que roba a otros nidos abandonados o descuidados, para construir su propio nido.

Algo que ha llamado la atención en el estudio donde colabora el Rattenborg son las diferencias que han encontrado en el comportamiento de las fragatas en otros contextos.

“Lo que nos ha sorprendido en su distribución es que las fragatas de Baja California Sur atraviesan la península y vuelan sobre tierra firme”, señalaron los investigadores.

En otros estudios que se han hecho en Panamá o Perú se veía que volaban sobre tierra, pero distancias muy cortas siempre teniendo el mar a la vista, anotaron.

En la península cruzan hasta Bahía Magdalena en línea recta perdiéndolo de vista. “Cruzan la península desde varios puntos volando distancias entre 60 y 146 kilómetros, y a alturas variables entre los mil 700 y 200 metros”, compartió Albores.

Soldatini indica que una de las razones por las cuales las fragatas en Baja California Sur cruzan la península y pierden de vista el mar es que emprenden viajes de forrajeo, es decir, buscan alimento.

Toda esta información se ha obtenido utilizando sistemas de posicionamiento global (GPS) que miden posición, aceleración en tres ejes (x, y, z) y toman un punto cada 10 minutos.

Analizando estos datos se puede deducir el comportamiento de la fragata, qué actividad están realizando o cómo se están desplazando.

Los GPS que utilizan pesan 17 gramos y se colocan con un pequeño arnés en el cuerpo del ave.

Tienen un panel solar y los datos se obtienen a distancia; no se re-captura a las fragatas, sino que cada cierto tiempo (un mes o dos) se visita el lugar y se obtienen los datos a través de una antena.

La trascendencia de este tipo de estudios recae en que estas especies son indicadores de la salud de los ecosistemas.

“Las aves marinas ven al mar como nosotros a la tierra; nosotros sabemos dónde buscar recursos para comer, las aves localizan las áreas reproductivas donde también hay peces”, señalaron los investigadores del CICESE.

Si las aves marinas no logran reproducirse significa que el sistema tiene problemas muy graves como puede ser el disturbio, la presencia de especies invasoras, la sobreexplotación de los recursos pesqueros, contaminación o cambios climáticos importantes.



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