12/31/2025 07:32:00 a. m.
Mientras el reloj avanza hacia los últimos minutos de 2025, millones de familias en México se preparan para despedir el año entre abrazos, uvas, deseos y rituales que prometen prosperidad.
Uno de los más antiguos y persistentes es el de las lentejas, símbolo de abundancia, dinero y estabilidad económica. Pero en un país donde el gasto familiar sigue bajo presión, surge una pregunta inevitable: ¿cuánto cuesta hoy atraer la buena fortuna y dónde conviene comprar las lentejas más baratas?
Más allá de la forma, la creencia popular coincide en algo: la intención es lo que cuenta. Sin embargo, en la práctica, el ritual también se ha convertido en un termómetro del consumo de fin de año, especialmente entre quienes buscan cumplir la tradición sin afectar demasiado su economía.
De acuerdo con precios recabados en mercados, centrales de abasto y cadenas comerciales, el costo de las lentejas en México muestra variaciones importantes según el punto de venta y la marca.
En promedio, el precio oscila entre 17.50 y 33.50 pesos por un paquete de 500 gramos, mientras que a granel el kilogramo ronda los 25 a 27.30 pesos, lo que convierte a esta presentación en la opción más económica para los consumidores.
Lenteja a granel (1 kg)
Central de Abastos: alrededor de $25.00 MXN, el precio más bajo disponible, ideal para compras familiares o colectivas.
La Gran Bodega: cerca de $27.30 MXN, aún competitivo frente a tiendas de autoservicio.
Lentejas empacadas (500 g)
Golden Hills (La Comer): $22.90 MXN, una de las opciones más accesibles en supermercados.
La Merced (Walmart): $25.00 MXN, precio medio con amplia disponibilidad.
Verde Valle: entre $33.50 y $44.40 MXN, dependiendo de la tienda y promociones, posicionándose como la opción más cara.
Marcas económicas (Aurrera y Precíssimo): precios variables, generalmente más bajos, aunque no siempre visibles en plataformas en línea.
El contraste es evidente: mientras el ritual promete prosperidad, muchas familias mexicanas enfrentan un cierre de año marcado por ajustes en el gasto, inflación persistente y compras cada vez más planeadas. Aun así, las lentejas mantienen su lugar en la mesa o en el bolsillo como un gesto de esperanza colectiva.
Especialistas en consumo señalan que este tipo de tradiciones funcionan también como anclas emocionales, recordatorios de que incluso en contextos adversos, las personas buscan iniciar el año con optimismo, aunque sea a través de un pequeño puñado de legumbres.
La respuesta parece clara: no es necesario. Las opciones a granel o de marcas económicas cumplen el mismo simbolismo que las presentaciones premium. Para muchos, comprar lentejas en mercados locales o centrales de abasto no solo resulta más barato, sino que también impulsa la economía regional.
Entre superstición, tradición y realidad económica, las lentejas vuelven a ser protagonistas del cierre de año. Ya sea lanzadas, comidas o guardadas, representan un anhelo común: que el 2026 llegue con más oportunidades, estabilidad y mesas llenas.
Porque al final, más allá del precio o la marca, el verdadero ritual sigue siendo el mismo: empezar el año creyendo que algo mejor está por venir.