12/29/2025 10:52:00 p. m.
En la recta final de la temporada no hay espacio para medias tintas, y los Yaquis de Obregón lo entendieron a la perfección. Con béisbol firme, oportuno y dominante desde la loma, la Tribu se metió al estadio "Fernando Valenzuela" y con autoridad derrotó 7-1 a los Naranjeros para emparejar la última serie del calendario regular.
El juego tomó rumbo en la cuarta entrada, cuando Obregón fabricó la de la quiniela. Víctor Mendoza y Juan Carlos Gamboa negociaron pasaportes y Alfredo Hurtado respondió con sencillo al central para empujar la primera carrera. Un inning más tarde, José Gaitán castigó con cuadrangular solitario por el izquierdo y amplió la ventaja a 2-0.
En la sexta, Santiago Chávez se sumó a la fiesta de poder con jonrón solitario al jardín izquierdo para colocar el 3-0, ventaja que parecía cómoda gracias al trabajo en el montículo. Hermosillo logró hacerse presente en el cierre del sexto episodio, aprovechando un error defensivo y un elevado de sacrificio de Jasson Atondo que puso la pizarra 3-1.
La estocada llegó en la séptima alta. Yaquis armó ataque grande con sencillos, un error defensivo y bases congestionadas, antes de que Víctor Mendoza vaciara las colchonetas con doblete productor de tres carreras al central para despegarse 6-1 y sentenciar el duelo. Todavía en la novena, Sebastián Elizalde abrió con hit y Roberto Valenzuela lo mandó a la registradora con doble, validado tras revisión, para el 7-1 definitivo.
Desde la lomita, Fernando Sánchez (4-2) firmó una salida de alta calidad: seis entradas de apenas dos imparables y una carrera sucia. El bullpen respondió con autoridad a través de Jonathan Aro, Raffi Vizcaíno y Samuel Zazueta, sin permitir daño.
La derrota fue para José Samayoa (4-5), quien aceptó dos carreras en cuatro episodios y un tercio, con relevo de Ozzie Méndez, Raúl Barrón, Orlando González, Jorge Rodríguez y Rolando Mora.
Obregón mandó un mensaje claro en patio ajeno: el cierre de temporada también se juega con orgullo. En noches así, más que el resultado, cuenta la forma, y los Yaquis dejaron claro que llegan encendidos a la antesala de enero.