12/01/2025 10:41:00 a. m.
Aunque Mazatlán presume una amplia lista de atractivos turísticos, desde playas, el malecón y el Acuario "Mar de Cortés", hasta el famoso faro natural ubicado en el Cerro del Crestón, hay un sitio que supera a todos y que ningún visitante deja fuera de su recorrido.
Se trata de la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción, ubicada en pleno centro de la ciudad.
Tanto turistas nacionales como extranjeros, así como los miles de cruceristas que arriban a Mazatlán, hacen una parada en este templo considerado una de las construcciones religiosas más imponentes del noroeste del país.
En particular para los cruceristas, la Catedral es uno de los primeros puntos del itinerario; la mayoría se detiene a fotografiarla, grabar videos y conocer su historia antes de continuar hacia otros sitios icónicos del puerto; su arquitectura y sus detalles interiores provocan expresiones de asombro entre quienes entran por primera vez.
Sin duda, la Catedral no solo es un símbolo espiritual, sino un referente arquitectónico que deslumbra a quienes cruzan sus puertas.
Su consagración se realizó el 12 de diciembre de 1941, y fue concebida bajo tres estilos que dominaban a finales del siglo XIX: neogótico, barroco y neoclásico, una mezcla que la convierte en una obra única e irrepetible en el país.
En sus paredes laterales se encuentran 14 esculturas europeas que representan el Viacrucis de Nuestro Señor, además de imágenes emblemáticas como San Juan Bosco, San Judas Tadeo, Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de los Rayos y Nuestra Señora del Sagrado Corazón del Niño Jesús; cada una aporta un valor e histórico que sorprende tanto a fieles como a visitantes curiosos.
La Catedral además es un escenario elegido por artistas, políticos, parejas que vienen desde otros estados, e incluso del extranjero exclusivamente para contraer matrimonio en este recinto, al igual que para bautizos y celebraciones religiosas tradicionales.
Todos los días, desde la mañana hasta el atardecer, el recinto permanece lleno de fieles, curiosos y amantes de la arquitectura que buscan vivir de cerca este símbolo de identidad mazatleca.