11/19/2025 02:48:00 p. m.
Julio César Chávez Jr. está listo para volver al ring, aunque su regreso se produce en un momento de alta controversia, pues aún enfrenta un proceso legal que lo mantiene bajo ciertas restricciones.
Su regreso ha generado una gran expectativa, ya que ocurre en medio de una intensa investigación federal que ha marcado incertidumbre en su vida profesional y personal.
Después de una etapa llena de complicaciones, Chávez Jr. finalmente apunta a un nuevo comienzo. Su regreso al ring ya está confirmado: peleará el 24 de enero de 2026 en la Arena Potosí, en San Luis Potosí, y su rival será el boxeador argentino Ángel Julián Sacco.
A pesar de la polémica, el boxeador sinaloense reactivó su preparación física desde hace semanas y su equipo adelantó que el objetivo es que esta pelea sea un nuevo comienzo después de meses de incertidumbre, detención y señalamientos públicos.
El motivo de su detención en Estados Unidos en julio de 2025 por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se debió a que se encontraba en el país con un estatus migratorio irregular, tras vencerse su visa.
Esta situación se sumó a un proceso previo que enfrentó a principios de 2024 por posesión ilegal de armas.
En una declaración ofrecida a principios de octubre, Chávez Jr. relató que su arresto fue un "shock". Describió que aquel día salió a patinar creyendo que todo estaba en orden, cuando fue repentinamente rodeado por varias patrullas.
Un mes después de su arresto en Estados Unidos, Chávez Jr. fue deportado a México. Esto se debió a que existía una orden de aprehensión vigente en su contra por parte de la Fiscalía General de la República (FGR).
Los delitos que se le imputan son de alta gravedad: delincuencia organizada y tráfico de armas. En repetidas ocasiones, el boxeador ha negado tener vínculos con grupos criminales ni la necesidad de trabajar para alguna organización.
Como parte del proceso que enfrenta actualmente, el boxeador está obligado a presentarse a firmar mensualmente ante las autoridades.
Esta restricción, aunque no le prohíbe competir o salir del país, sí lo obliga a solicitar permiso para cada actividad, lo que ha complicado su agenda deportiva y la búsqueda de nuevos combates de alto nivel.