México | 08/05/2025 07:56:00 a. m. | Adriana Ochoa
Lo que alguna vez fue sinónimo de comodidad y buen servicio a precios competitivos en el cielo mexicano, hoy queda reducido a un expediente judicial. La aerolínea Interjet ha sido oficialmente declarada en quiebra, marca el final de una historia que comenzó con ambición y terminó con deudas millonarias.
La sentencia fue emitida por el juez Saúl Martínez Lira, del Segundo Distrito en Materia de Concursos Mercantiles, quien ordenó no solo la apertura formal del proceso de bancarrota, sino también la venta de los activos restantes de la empresa, con el objetivo de pagar a los acreedores.
El monto de los pasivos supera los 1.200 millones de dólares.
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Rutas a ciudades como Huatulco, Palenque o San Luis Potosí marcaron una diferencia clave frente a competidores tradicionales.
Durante más de una década, la estrategia funcionó. Interjet creció rápidamente, alcanzando más de 55 destinos en México, América y Canadá. Su flota combinaba modelos Airbus con aviones rusos Sukhoi Superjet 100, una apuesta que más tarde pasaría factura.
A partir de 2019, la turbulencia financiera comenzó a hacerse evidente. Las fallas técnicas de los aviones Sukhoi, difíciles de mantener y sin el soporte logístico adecuado, fueron solo una parte del problema. Interjet acumuló deudas con el fisco, proveedores, aeropuertos y trabajadores.
A esto se sumó la llegada de la pandemia de COVID-19, que colapsó la industria aérea mundial.
En diciembre de 2020, la aerolínea dejó de operar sin previo aviso. Miles de pasajeros quedaron varados y cientos de empleados sin sueldos ni prestaciones. Desde entonces, la compañía entró en una espiral de litigios, promesas incumplidas y rumores sobre una posible reactivación que nunca se concretó.
A pesar de que en su momento llegó a ser considerada una de las mejores opciones para viajeros frecuentes por su equilibrio entre precio y calidad, Interjet no logró sobrevivir a sus propias decisiones administrativas ni al contexto adverso del sector aéreo.
La resolución judicial emitida este año pone punto final a cualquier esperanza de recuperación. Con ello, también se cierra un capítulo en la historia de la aviación comercial mexicana, que pierde a una de sus marcas más reconocidas.
Mientras se liquidan los bienes de la empresa para pagar a los acreedores, el recuerdo de Interjet permanece entre los pasajeros que alguna vez volaron con ella y entre los empleados que aún esperan justicia.