Sinaloa | 07/22/2025 10:04:00 a. m. | Kathya Zamacona
Los perros son conocidos por su lealtad y fidelidad a sus dueños. Su capacidad para formar vínculos emocionales fuertes con los humanos se debe a su naturaleza social y su historia de domesticación,
Sin embargo, aún sabiendo esto, estas mascotas no dejan de sorprendernos.
En Culiacán recientemente se dio a conocer la historia de un perrito llamado por los vecinos como “El Negro” pero que ahora es más conocido por “Hachiko” apodo que recibió tras quedar en abandono después de que su dueño fuera asesinado afuera de una “jugada” (casino presuntamente clandestino) en el centro de Culiacán.
Después del incidente y sin saber que su dueño había fallecido en un ataque armado, el perrito fue fotografiado por los vecinos al verlo triste y decaído afuera de ese mismo establecimiento en la banqueta esperando la llegada de su amo.
Las imágenes fueron compartidas en redes sociales por lo que esta historia ha tocado el corazón de miles en redes sociales haciendo que ciudadanos intentaran alimentarlo llevándole agua y comida, mientras que el perrito no se movía del lugar y mantenía la mirada fija al lugar ya clausurado.
Ahora se ha dado a conocer que tras viralizarse el caso una organización de Protección Animal lo ha rescatado.
Vecinos del sitio afirmaron que como todos estos días el perrito se encontraba echado en la banqueta por lo que no puso resistencia, pero para evitar alguna circunstancia y como precaución se le colocó un bozal para después ser llevado en una canastilla de metal.
Ante los posibles signos de enfermedad y desgaste físico se aseguró que la mascota sería trasladado a una veterinaria para recibir atención médica.
Aún se desconoce si los rescatistas fueron particulares, un organismo privado o las autoridades quienes se hicieron cargo del animalito.
Hachikō fue un perro japonés de raza Akita famoso por su lealtad hacia su dueño, el profesor Hidesaburō Ueno. Nació en 1923 en una granja cerca de la ciudad de Ōdate y fue encontrado por el profesor Ueno en 1924.
El profesor lo llevó a su casa en Tokio y lo cuidó hasta su muerte en 1925. Después de la muerte del profesor, Hachikō esperó fielmente su regreso en la estación de Shibuya durante casi 10 años, hasta su propia muerte en 1935.
Hachikō es considerado un símbolo de lealtad y fidelidad en Japón, y su historia ha sido contada en varias películas, libros y series de televisión.
Una estatua de bronce en su honor se encuentra en la estación de Shibuya, y es un lugar popular para reuniones. Cada 8 de marzo se conmemora a Hachikō en la plaza frente a la estación de trenes de Shibuya.