Internacional | 07/05/2025 12:01:00 a. m. | Ingrid Mateos
La Iglesia católica celebra este 5 de julio a San Antonio María Zaccaria, sacerdote italiano, recordado por ser uno de los reformadores espirituales más notables del siglo XVI.
Joven médico convertido en sacerdote, fue el fundador de los Clérigos Regulares de San Pablo, conocidos como Barnabitas, y también de las Angélicas de San Pablo, consideradas el primer grupo de religiosas que vivían fuera de la clausura.
Antonio nació en Cremona, Italia, en 1502, quedando huérfano de padre desde pequeño, lo que lo llevo a ser criado por su madre, una mujer piadosa que influyó en su camino en la religión.
Estudió medicina en Padua y ejerció por un tiempo, pero sintió el llamado al sacerdocio, por lo que fue ordenado sacerdote en 1528, a los 26 años.
En un tiempo en que la Iglesia sufría por la corrupción interna, Antonio María Zaccaria se convirtió en un reformador y junto a un grupo de fieles entusiastas, fundó tres grupos dedicados a la religión::
San Antonio era conocido por predicar con fuerza sobre renovar la fe y la caridad, comenzando por la propia Iglesia. Además, impulsó la práctica de la exposición del Santísimo Sacramento, que consiste en mostrar públicamente la Eucaristía para que las personas la puedan adorar y rezar delante de ella.
Además, introdujo los “triduos” (tres días de preparación espiritual), una práctica que después se difundió ampliamente en la Iglesia.
Aunque murió joven, ya en vida se le atribuían dones sobrenaturales. Entre los milagros y fenómenos asociados se dice que hacía curaciones milagrosas, tenía visiones místicas y, se dice que después de su muerte, varios enfermos fueron sanados al rezar ante su tumba o invocar su intercesión.
Antonio María Zaccaria murió el 5 de julio de 1539, con apenas 36 años. Su cuerpo se conserva en la iglesia de San Barnaba en Milán, que se convirtió en centro de peregrinación.