México | 06/20/2025 08:52:00 a. m. | Adriana Ochoa
Aunque Puebla no tiene playa como tal, en el corazón de su Sierra Nororiental guarda un tesoro natural que sorprende a quienes lo descubren: la Playita de Tres Colores, un rincón escondido en la comunidad de Macuilquila, perteneciente al Pueblo Mágico de Tlatlauquitepec.
Este sitio ha ganado popularidad por un fenómeno visual único: sus aguas cambian de tonalidad entre azul, verde y rosa, dependiendo de la hora del día y la incidencia de la luz solar.
Aunque no se trata de una playa marina, esta orilla del río ofrece arena clara, agua cristalina y un oleaje suave, ideal para descansar o tomarse fotos. El reflejo del entorno y del cielo sobre el agua genera el cambio cromático que le da su nombre.
Para llegar desde la Ciudad de México, el recorrido en auto es de aproximadamente 3 horas y media. La ruta recomendada es:
Tomar la autopista México–Puebla (MEX 150D).
Continuar por la Puebla–Teziutlán (MEX 129D).
Seguir las señales hacia Tlatlauquitepec y posteriormente hacia la comunidad de Macuilquila, donde se ubica la presa.
Desde Puebla capital, el trayecto también es accesible por la autopista 140D, conectando con la 129D hasta llegar al Pueblo Mágico.
Visitar la Playita de Tres Colores es solo una de las muchas actividades que ofrece Tlatlauquitepec, ideal para los amantes del ecoturismo y la naturaleza:
Cerro Cabezón: senderismo, vistas espectaculares al amanecer.
Cueva del Tigre y Cueva de los Murciélagos: grutas llenas de historia y misterio.
Cascadas de Puxtla y Jilotepec: perfectas para nadar o hacer un picnic.
Ruta del Café: conoce el proceso del café de altura, desde la cosecha hasta la taza.
Además, en el centro recreativo El Papalote, puedes abordar una lancha o kayak para recorrer la presa y llegar directamente a la Playita, rodeado de paisajes montañosos y vegetación exuberante.
Después de la aventura, no puede faltar una parada para degustar la comida típica de la región:
Tlayoyos, gorditas y trucha fresca
Enchiladas, enfrijoladas y café artesanal
Con su aire limpio, hospitalidad serrana y un entorno natural único, Tlatlauquitepec y su Playita de Tres Colores son el plan perfecto para un fin de semana diferente, sin necesidad de viajar al mar.