Internacional | 06/03/2025 12:03:00 a. m. | Ingrid Mateos
Este martes 3 de junio, el santoral de la Iglesia Católica recuerda a un mártir africano quien murió mártir de su fe.
Este día se celebra a San Carlos Lwanga, quien es reconocido como el patrón de la juventud africana por defender en vida a los más jóvenes de su comunidad.
San Carlos Lwanga nació en el reino de Buganda (hoy parte de Uganda) a mediados del siglo XIX.
Al principio practicaba la religión tradicional de su clan, pero luego se convirtió al cristianismo gracias a la influencia de los misioneros conocidos como los Padres Blancos y fue bautizado en 1885.
Ese mismo año, fue nombrado Prefecto del Salón Real del rey Mwanga II y desde esa posición, Carlos se convirtió en un líder espiritual para los jóvenes de la corte, especialmente para aquellos que también se estaban convirtiendo al cristianismo.
El rey Mwanga, influido por hechiceros locales y molesto porque los cristianos no accedían a sus deseos, inició una persecución en donde Carlos y otros jóvenes cristianos fueron arrestados por negarse a renunciar a su fe.
El 26 de mayo de 1886, Carlos fue condenado a muerte, por lo que él y sus compañeros fueron obligados a caminar más de 40 kilómetros hasta Namugongo, lugar de ejecuciones; durante el trayecto fueron golpeados, torturados y presionados para que abandonaran su fe.
El 3 de junio de 1886, Carlos y otros mártires fueron quemados vivos, pero él es recordado porque murió rezando y animando a los demás, incluyendo a San Kizito, el más joven del grupo de solo 14 años.
Fue canonizado en 1964 por el Papa Pablo VI, junto con otros 21 mártires católicos, y hoy es reconocido como el patrón de la juventud africana, pero además, muchos fieles atribuyen favores y “milagros” personales a su nombre, sobre todo en África.