Internacional | 05/08/2025 07:58:00 a. m. | Adriana Ochoa
Miles de fieles católicos siguen con atención lo que ocurre dentro de la Capilla Sixtina, donde los cardenales reunidos en cónclave intentan elegir al nuevo pontífice.
La mañana de este miércoles se presenció la primera fumata negra y confirmó que aún no hay consenso para designar al sucesor del papa emérito Francisco.
Para este jueves de nuevo salió de la chimenea el humo negro, seña que aún no hay Papa.
El cónclave, tradicional proceso secreto del Vaticano para seleccionar al líder de la Iglesia Católica, contempla una curiosa etapa que puede activarse si la elección se prolonga más de lo previsto: la llamada “muerte súbita”.
Aunque no existe un plazo límite oficial para definir al nuevo papa, el reglamento eclesiástico establece mecanismos para acelerar el proceso.
Si después de tres días no se alcanza el acuerdo necesario es decir, los dos tercios de los votos de los cardenales presentes, se suspende temporalmente la votación para dar paso a un día de reflexión, oración y diálogo entre los purpurados.
Este recurso busca destrabar la elección obligando al Colegio Cardenalicio a centrar su decisión entre los dos candidatos más votados de la última ronda. A partir de ese momento, se realizan nuevas votaciones en las que ninguno de esos dos candidatos puede participar directamente, aunque se mantengan como las únicas opciones a considerar.
El mecanismo continuará en marcha hasta que uno de los dos reciba el respaldo de al menos dos tercios del colegio, requisito indispensable para ser proclamado papa.
En tanto, la Plaza de San Pedro permanece abarrotada de fieles y turistas a la espera de una fumata blanca, señal inequívoca de que un nuevo pontífice ha sido elegido.