Internacional | 05/07/2025 09:54:00 a. m. | Adriana Ochoa
Con la celebración de la misa Pro Eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro, este 7 de mayo inició oficialmente el Cónclave 2025, el solemne y reservado proceso mediante el cual los cardenales de la Iglesia católica eligen al nuevo Papa.
Como marca la tradición, la ceremonia fue abierta al público, pero a partir de ahora las deliberaciones se desarrollan a puerta cerrada, bajo estrictas normas de aislamiento en el interior de la Capilla Sixtina.
El término cónclave proviene del latín cum clave "bajo llave" y alude al carácter confidencial del encuentro. En ese ambiente casi monástico, los cardenales se reunirán hasta alcanzar el consenso necesario para anunciar un nuevo pontífice.
El único vínculo entre el interior del cónclave y el mundo exterior será una pequeña chimenea, por la que se emitirá una señal crucial: el humo.
Como en ocasiones anteriores, se espera que la primera votación concluya sin acuerdo. La experiencia de los cónclaves de 2005 y 2013 sugiere que la primera fumata será negra —indicando la ausencia de consenso y se producirá entre las 19:00 y las 20:00 horas (hora peninsular española).
Aunque inusual, no se descarta del todo una fumata blanca en esta primera jornada. De ser así, el humo claro podría aparecer en cualquier momento, sin necesidad de esperar al cierre de la sesión vespertina. No obstante, los consensos papales suelen requerir más de una ronda de votación.
La Plaza de San Pedro se encuentra repleta de fieles, peregrinos y turistas, muchos bajo paraguas debido a la lluvia intermitente, todos expectantes frente a la chimenea que decidirá si esta jornada pasará a la historia como el día de la elección del nuevo Papa.
Millones de personas alrededor del mundo comparten la misma espera, conectadas por una tradición centenaria que, pese al paso del tiempo, conserva intacto su simbolismo y solemnidad.