Internacional | 04/12/2025 12:17:00 a. m. | Ingrid Mateos
El santoral de este sábado celebra a tres personajes santificados por la Iglesia Católica por sus actos de buena fe.
El portal del Vaticano detalla que este sábado 12 de abril se recuerda a San José Moscati, San Julio y San Zenón de Verona.
San José Moscati fue un médico y científico italiano nacido en Benevento en 1880 y es muy venerado en Nápoles por su entrega a los enfermos y su profunda fe.
Aunque provenía de una familia de jueces, eligió la medicina tras ver sufrir a su hermano, lo que despertó en él una vocación por aliviar el dolor humano.
Se graduó con honores en medicina y se hizo famoso por diagnósticos rápidos y precisos. Trabajó en el Hospital de los Incurables y en su consulta privada, donde no cobraba a los pobres.
También fue un investigador que aplicó la insulina en tratamientos de diabetes y dirigió el Instituto de Anatomía Patológica.
Durante la erupción del Vesubio en 1906 salvó a todos los pacientes de una clínica antes de que se derrumbara y en 1911 combatió una epidemia de cólera, cuidando enfermos sin miedo al contagio y desarrollando investigaciones que ayudaron a frenar la enfermedad.
En su consulta todos eran bienvenidos, pues tenía una cesta con este mensaje: “Quien puede pagar, que deje algo. Quien necesita, que tome”.
Murió el 12 de abril de 1927 de un ataque al corazón, a los 47 años. Fue canonizado en 1987 por el Papa Juan Pablo II y es patrono de los médicos católicos.
San Julio I fue Papa de la Iglesia católica y firme defensor de la doctrina trinitaria frente al arrianismo, una herejía que negaba la divinidad de Cristo.
Gobernó la Iglesia desde el año 337 hasta su muerte en 352; durante su pontificado, convocó el Concilio de Roma y participó en el Concilio de Sardica, intentando sin éxito reconciliar a los arrianos con la ortodoxia católica.
Fue clave en apoyar a San Atanasio de Alejandría, gran opositor del arrianismo. Es recordado como un campeón de la fe auténtica en tiempos de división.
San Zenón fue obispo de Verona a partir del año 362. De origen norteafricano, era conocido como “el moro” y también como “el pescador”, por su humildad y estilo de vida sencillo.
Enfrentó con valentía tanto al arrianismo como al paganismo, fortaleciendo la fe cristiana en una época difícil. Destacó por su caridad hacia los pobres y su ejemplo de humildad.
Fue un predicador influyente y escribió homilías que aún se conservan. En la actualidad, es el santo patrón de Verona y muy venerado en el norte de Italia.