05/04/2024 05:30:00 p. m.
Las condiciones de sequía causan estragos en gran parte de México, con el territorio enfrentando una combinación letal de falta de lluvia y altas temperaturas, desencadenadas por la primera ola de calor del año 2024, particularmente intensa durante el mes de abril.
Según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), compartido a través de su cuenta de Twitter (@conagua_clima), un alarmante 67.97% del territorio mexicano se encuentra experimentando sequía, desde condiciones moderadas hasta excepcionales.
Sin embargo, es la región centro sur la que se lleva la peor parte de esta crisis, con un impactante 94.1% de su superficie afectada por la sequía, según los datos recopilados hasta el 30 de abril.
Este porcentaje representa un aumento significativo del 9.7% en comparación con el mes anterior, cuando la región registró un 84.4% de sequía.
FOTO: Temática.
Las otras regiones del país no están exentas de esta crisis. El Monitor de Sequía revela que, al cierre del mes de abril, la región del Golfo de México sigue de cerca a la centro sur, con un 75.4% de su superficie experimentando sequía moderada a excepcional.
A esta le siguen en orden de afectación la zona centro occidente (75.0%), el Pacífico Sur (69.4%), el noreste (60.4%), el noroeste (50.5%) y la Península de Yucatán (21.1%).
A pesar de los esfuerzos por mitigar los efectos de la sequía, incluye el desplazamiento de seis frentes fríos durante el mes de abril, acompañados por canales de baja presión y humedad de ambos océanos, la situación persiste. Las lluvias registradas en áreas específicas no han sido suficientes para revertir las condiciones en su totalidad.
Ante este escenario, se emiten recomendaciones para enfrentar la sequía, incluyendo el uso eficiente del agua, riego inteligente, revisión de instalaciones para evitar fugas, reutilización del agua y la concienciación sobre el uso sostenible del recurso hídrico, tanto en el ámbito doméstico como en el sector agrícola.
En medio de esta crisis, es fundamental que se tomen medidas proactivas a nivel individual y comunitario para conservar y gestionar de manera responsable el agua, un recurso vital para la vida y el desarrollo sostenible del país.