Cuatro años de angustia, desde la desaparición de Ósvil

Seguridad | 03/04/2020 08:30:00 p. m. | Ernesto Torres

Liliana no ha dejado de buscar a sus desaparecidos, asegura que aunque ha tenido miedo y en ocasiones ha perdido la fe, continúa con la esperanza de un día encontrar a sus seres queridos.

Los Mochis, Sin.- Desde hace cuatro años, cada amanecer para Liliana Bernal Cervantes, ya no es igual; su vida fue trastocada cuando el 4 de marzo del 2016, un comando armado le arrancó a su hijo, su esposo y su cuñado, quienes desde esa fecha, se encuentran desaparecidos.

Se trata de Ósvil Oswaldo Leyva Bernal, Oswaldo Leyva Núñez y su hermano Raymundo Leyva Núñez, quienes fueron privados del fraccionamiento Las Mañanitas, en Los Mochis, por hombres armados presuntamente policías.

Cuando los sujetos privaron a Ósvil Oswaldo, dijeron que se lo llevarían solo para investigarlo con el argumento de que buscaban a otra persona. Dos horas después, le llamaron al padre de Ósvil, a quien le dijeron que fuera por su hijo a un punto donde se lo entregarían. Junto con él, acudió su hermano Raymundo, pero ninguno regresó; los tres se encuentran desaparecidos y desde entonces Liliana los busca incansablemente.


Cuenta que la desesperanza llega en ocasiones, sobre todo cuando mira que sus compañeras tienen hasta ocho años buscando a sus hijos y no los encuentran; pero solo se encomienda a Dios, a quien le pide que le conceda conocer su paradero.

“A veces que sí he desistido en buscarlo, porque pierdo la esperanza, pierdo esa fe, pero digo: 'No señor, no debo, no debo quedarme acostada, de brazos cruzados, porque nadie me va entregar a mi hijo señor'. Si yo no salgo a buscarlo, nadie me lo va entregar, porque si el gobierno me lo quitó, el gobierno jamás me lo va a entregar, porque los que se los llevaron fue EL gobierno”, reiteró la buscadora.

A cuatro años de la triple desaparición forzada, Liliana continúa buscando con ayuda de los colectivos de la zona norte; es parte del grupo Rastreadores Fe y Esperanza, con quienes ha caminado largas jornadas bajo temperaturas infernales en predios enmontados y salitrosos, donde han localizado decenas de cuerpos en fosas clandestinas, pero a la fecha, los suyos siguen sin ser encontrados.


Es una desesperación, una tristeza, voltear y ver a mis hijos, salir del cuarto en las mañanas y decir, me falta mi hijo, me falta mi muchachito. Que se den cuenta mis hijos que no desisto en buscarlo, en las búsquedas, ellos saben que vengo contenta de las búsquedas cuando encuentro cuerpos, ellos me ven triste a la vez porque dicen: 'pues ni modo mamá, hoy no lo encontraste pero no pierdas la fe', esa es la tristeza, saber que no he dejado de buscarlos, que no he desistido en un momento en mi desesperación y voy a seguir”, expresó.

Liliana cuenta que luego de no saber de ellos, sus días han sido desgastantes y su vida se vino abajo, dice que la desesperación se apodera de ella y que la angustia no la deja ni dormir; sus noches las pasa en vela pensando: ¿dónde están? ¿quién se los llevó? y ¿por qué se los llevaron?

“A veces sí veo lejos el momento de que encuentre a mi hijo, ya son cuatro años sin ellos, cuatro años de no saber dónde están, como dije rasgando la tierra, buscándolos, encontrando tantos cuerpos y los de ellos no aparecen, ya son cuatro años en esta agonía”, manifestó Liliana.


La rastreadora no pierde la fe de que quienes se llevaron a su hijo, su esposo y cuñado, le den una pista de dónde encontrarlos.

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