¿Rojo, amarillo o verde? El color de ropa interior que debes usar para el 2026

En la última noche del año, cuando el reloj se acerca a la medianoche y las uvas esperan su turno sobre la mesa, hay rituales que se repiten casi de forma automática. Algunos brindan, otros piden deseos en silencio y muchos más miran discretamente su atuendo antes de que inicie el conteo final.

No se trata del vestido o del traje, sino de una prenda que, aunque invisible para la mayoría, carga con un fuerte simbolismo: la ropa interior.

Con la llegada del 2026, vuelve a tomar fuerza una de las cábalas más populares de Año Nuevo: elegir el color de la ropa interior como una forma de atraer amor, prosperidad, salud o estabilidad emocional durante el ciclo que comienza.

Aunque carece de sustento científico, esta práctica sigue vigente y se adapta a las nuevas generaciones como parte del imaginario colectivo que rodea el cierre de un año y el inicio de otro.

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Un ritual íntimo que cruza generaciones

La elección del color de la ropa interior en Nochevieja no es una moda reciente. Se trata de una tradición arraigada en diversas culturas, especialmente en América Latina y Europa, donde el Año Nuevo representa una oportunidad simbólica para "empezar de cero".

En este contexto, la ropa interior se convierte en un amuleto personal: un gesto privado cargado de intención.

A diferencia de otros rituales visibles como barrer la casa, salir con maletas o lanzar monedas, esta cábala se vive de forma íntima.

No necesita testigos, solo la convicción de quien la porta. Para muchos, no se trata de creer ciegamente, sino de cerrar el año con esperanza y abrir el siguiente con una meta emocional clara.

¿Qué color elegir para recibir el 2026?

Cada tonalidad está asociada a un deseo específico. La elección depende de aquello que cada persona busca atraer en el nuevo año.

Rojo:
Es el color más popular y uno de los más vendidos en estas fechas. Se le relaciona con el amor, la pasión y la intensidad emocional. Quienes lo eligen suelen desear fortalecer una relación existente, atraer una nueva o vivir un año con mayor conexión afectiva.

Amarillo:
Vinculado con la prosperidad, la abundancia y el éxito económico. Es el favorito de quienes esperan mejoras laborales, estabilidad financiera o nuevas oportunidades profesionales en 2026. También se asocia con la alegría y la energía positiva.

Blanco:
Simboliza paz, armonía, tranquilidad y equilibrio emocional. Es recomendado para quienes buscan un año más sereno, lejos de conflictos y marcado por la estabilidad personal y familiar.

Rosa:
Asociado con la amistad, la diversión y las relaciones sociales. En algunas narrativas contemporáneas, también se vincula con la diversidad sexual y la apertura emocional, representando un año de aceptación y vínculos auténticos.

Verde:
Relacionado con la naturaleza, la libertad y el bienestar. Quienes lo eligen suelen buscar crecimiento personal, renovación, salud emocional y un estilo de vida más equilibrado.

Negro:
Aunque tradicionalmente se asocia al luto, en este ritual representa poder, control y determinación. Es elegido por personas que desean tomar decisiones importantes, asumir liderazgo o cerrar ciclos con firmeza.

Azul:
Se le atribuye la intención de atraer salud, bienestar físico y estabilidad emocional. También se relaciona con la calma, la confianza y la claridad mental para enfrentar los retos del nuevo año.

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Tradición sin ciencia, pero con significado social

Especialistas coinciden en que estas creencias no tienen base científica. Sin embargo, su valor no radica en la comprobación empírica, sino en el significado simbólico y emocional que tienen para quienes las practican. Elegir un color es, en el fondo, una forma de plantearse objetivos, expresar deseos y cerrar un ciclo con intención.

En un mundo marcado por la incertidumbre, los rituales de Año Nuevo ofrecen una sensación de control y esperanza. La ropa interior de color se convierte así en un pequeño acto de fe, una declaración silenciosa de lo que se desea para el futuro inmediato.

Más que una cábala, un reflejo cultural

Lejos de desaparecer, estas prácticas se reinventan. Redes sociales, tendencias de moda y campañas comerciales han impulsado la conversación sobre los colores ideales para recibir el nuevo año, especialmente entre jóvenes que reinterpretan la tradición desde una perspectiva más simbólica que supersticiosa.

Al final, recibir el 2026 con ropa interior roja, amarilla, verde o blanca no garantiza amor, dinero o paz, pero sí refleja una necesidad humana universal: creer que cada nuevo año trae consigo la posibilidad de empezar mejor.